Su título, El taller de Rubens, alude a una forma de trabajar y también a un lugar físico: el obrador en Amberes donde el pintor realizaba sus obras (la Rubenshuis). La muestra incluirá una escenificación de dicho taller, conformada por caballetes, lienzos, pinturas, pinceles, brochas, paletas, tientos y otros materiales y objetos (algunos del siglo XVII, otras recreaciones modernas), además de libros, bustos antiguos y otros elementos que evocarán la colección y los intereses del pintor.
En torno a ese escenario se dispondrán unas veinte pinturas, dos dibujos y cinco grabados. Estas obras servirán para explicar las diferentes formas de colaboración entre el maestro y sus colaboradores, entre los que está documentada la presencia de pintores como Jordaens o Van Dyck.
El Prado posee la mayor y una de las mejores colecciones de pinturas de Rubens, que procede casi íntegramente de la colección real.
– Ciclo de conferencias. A propósito de Rubens. Ideal, organización y saber en el taller de un pintor. 30 de octubre y 6, 13 y 20 de noviembre de 2024
Talento, éxito y cultura
La muestra está siendo comisariada por Alejandro Vergara, jefe de Conservación del Área de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte, quien recuerda en la Enciclopedia del Prado que «ningún pintor europeo del siglo XVII aunó como lo hizo Rubens talento artístico, éxito social y económico y un alto nivel cultural» y que su «pintura es grandilocuente, pero también sabe ser delicada, y muestra gran habilidad técnica y sensibilidad hacia los ritmos de la composición y la psicología de los personajes».
Para Vergara, el éxito del que disfrutó Rubens durante su vida se debe tanto a la capacidad de su arte para expresar la nostalgia que sentían sus contemporáneos por la Antigüedad como a su habilidad para ofrecer a sus coetáneos una imagen engrandecida de sí mismos, en un momento en el que los fundamentos de la cultura europea se estaban poniendo en duda.