Francesco Guardi. «La Fiesta de la Ascensión en la Plaza de San Marcos de Venecia». C. 1775. © Museu Calouste Gulbenkian.

Con un total de 18 óleos y un dibujo, Guardi es el artista mejor representado en esta colección de más seis mil piezas de arte reunida por el financiero Calouste Sarkis Gulbenkian (1869-1955), que desde 1969 se exhibe en el museo que lleva su nombre en Lisboa.

Tras una etapa inicial en la que ejerció principalmente como pintor de historia, de temas religiosos, frescos e incluso bodegones, Francesco Guardi comenzó a pintar vistas de su ciudad a mediados de la década de 1750, siguiendo primero el estilo preciso de su predecesor Canaletto para añadir después vitalidad e ilusionismo a sus composiciones.

Alejado del rigor geométrico de Canaletto, retrata arquitecturas bañadas de luz en un lenguaje pictórico brillante. Tras el fallecimiento de éste en 1768, Guardi se convirtió en el vedutista más importante de Venecia y en el último pintor en inmortalizar el esplendor de sus ceremonias.

Francesco Guardi. «El Gran Canal junto al Puente Rialto». C. 1780-1790. © Museu Calouste Gulbenkian.

Las obras de Guardi están fechadas entre 1765 y 1791 e ilustran lugares icónicos como el puente de Rialto o el Palacio Ducal, fiestas como la de la Ascensión, los alrededores de la ciudad y algunos caprichos pertenecientes al final de su carrera.

La exposición concluye con el óleo de su hijo Giacomo Guardi Regata en el Gran Canal junto al puente de Rialto (h.1791) y la obra Il Bucintoro (h. 1745-1750) de Canaletto, perteneciente a la Colección Thyssen-Bornemisza y en depósito en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), una composición que sirvió de inspiración para Francesco Guardi en una de las piezas más destacadas de la muestra, La partida del Bucintoro (h. 1765-1780).

La veduta veneciana

En el siglo XVIII, Venecia es un centro cosmopolita que atrae a viajeros de toda Europa. Ante su debilidad política y militar, la Serenísima responde con fastuosas ceremonias públicas que celebran su antigua grandeza.

Francesco Guardi, «Regata en el Gran Canal junto al Puente de Rialto». C. 1780-1790. © Museu Calouste Gulbenkian.

En el último siglo de su larga historia —que comienza en el siglo IX y concluye en 1797 con la ocupación napoleónica—, la República vive una época de extraordinaria vitalidad creativa, que abarca múltiples formas de expresión artística: música, teatro, pintura, artes decorativas y arquitectura. En 1703, Luca Carlevarijs publica una serie de grabados en los que sus edificios más importantes se disponen según criterios tipológicos. Este momento marca, de manera definitiva, el nacimiento de la veduta veneciana.

Aunque el género nació en el norte de Europa, es en Venecia donde alcanza su apogeo con la aparición de numerosos pintores dedicados a realizar este tipo de vistas urbanas. Las condiciones que conducen a este éxito se explican por la presencia continua de un selecto público extranjero que se reúne en la ciudad como visita obligatoria del Grand Tour.

Un género específico dentro de este tema, las feste, destinadas a celebrar acontecimientos como magníficas regatas o visitas de soberanos o embajadores, también alcanza su mejor momento. La ciudad asume el papel de protagonista y es retratada como una verdadera obra de arte.

Descubra más sobre las obras de Francesco Guardi procedentes del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa.


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