Comisariada por Enrica Viganò y creada en estrecha colaboración con el propio artista, la exposición reúne 51 obras compuestas por 150 fotografías que recorren seis décadas de trabajo ininterrumpido, desde 1964 hasta sus creaciones más recientes, incluyendo una secuencia de este mismo año.

Su fotografía, más próxima al cine o a la literatura que a la tradición fotoperiodística, pone en cuestión el estatuto de la imagen como registro de la realidad y representa conceptos abstractos como la espiritualidad, la filosofía, el paso del tiempo, la muerte, el amor y el propio yo.

El recorrido de la muestra se estructura en seis secciones temáticas que responden a conceptos clave en la obra de Michals: Imaginación, Visualización, Sensación, Intuición, Indignación y Revelación. A través de ellas, el visitante descubre un universo en el que los límites entre lo real y lo soñado se diluyen y donde la fotografía se convierte en un espacio de introspección, juego e interrogación filosófica.

La exposición incluye algunas de sus secuencias más icónicas, como Encuentro casual (1970) o Las cosas son raras (1973), retratos de referentes como Marcel Duchamp o René Magritte, autorretratos cargados de ironía y emoción, y obras recientes en color.

El fotógrafo de lo invisible finaliza con un conjunto de cinco vídeos cortos, rodados hace escasos meses, en los que el propio Michals comenta el propósito y aspectos más íntimos de algunas de las obras presentes en la muestra. Un testimonio que permite profundizar aún más en la obra de este fotógrafo y filósofo. En suma, una excelente oportunidad para redescubrir la obra de un artista que sigue creando a sus 93 años con la misma lucidez crítica que lo convirtió en una de las voces más singulares de la fotografía del siglo XX.

Capturar lo que no se ve

«Cuando miras mis fotografías estás mirando mis pensamientos». Esta afirmación refleja a la perfección la revolucionaria concepción del medio de Duane Michals. Experimental, poético e introspectivo, trabaja en equilibrio entre la fotografía conceptual y la poesía visual. A lo largo de su carrera ha desafiado los límites de la fotografía incorporando textos manuscritos, secuencias narrativas y, sobre todo, por una mirada profundamente personal que busca capturar lo que no se ve: las emociones, los miedos, los deseos… pero también la espiritualidad, el yo interior o la muerte.