Meyerowitz recorrió durante un año 10 países europeos —Inglaterra, Irlanda, Escocia, Francia, España, Alemania, Austria, Turquía, Grecia e Italia— y realizó más de 25.000 fotografías. La exposición ofrece una selección de imágenes que incluyen copias de época y nuevas impresiones en color y en blanco y negro, muchas de ellas inéditas en Madrid. «La cámara fue mi forma de estar presente, de comprender lo que vivía y de trazar un mapa de mis propios deseos», afirma Meyerowitz.
El recorrido expositivo se estructura en bloques geográficos y temáticos que reflejan las distintas etapas del viaje, desde sus primeras experiencias fotográficas en el Reino Unido hasta escenas del sur de España, los mercados turcos o la tranquilidad de Corfú. A través de retratos, escenas callejeras, paisajes y vistas desde el coche en movimiento, la muestra permite seguir la evolución de su lenguaje visual hacia una fotografía más abierta y compleja, menos sujeta al instante decisivo.

Málaga, 1967. © Joel Meyerowitz.
Miguel López-Remiro destaca que «la exposición no solo muestra el nacimiento de una mirada, sino que retrata un continente en transformación». La muestra dialoga con la exposición que Meyerowitz presentó en el MoMA en 1968, My European Trip, donde ya se apuntaban muchas de las claves de su estilo posterior.
Producida por el Museo Picasso Málaga, donde se pudo ver en 2024, esta exposición ofrece un relato visual vibrante y fragmentado que anticipa muchas de las tensiones sociales y políticas de la Europa de la década de 1960, reflejando la vitalidad de sus ciudades y los contrastes de la época.
Meyerowitz ha recibido el Premio PHotoESPAÑA 2025 en reconocimiento a una carrera que le ha convertido en referente de la fotografía contemporánea y por ser un pionero en el uso del color.
30.000 kilómetros por delante
En 1966, a la edad de 28 años y poco después de dejar su trabajo en una agencia de publicidad en Nueva York para dedicarse a la fotografía, Meyerowitz se embarcó en un viaje por carretera que le llevaría a recorrer Europa durante todo un año. Recorrió más de 30.000 kilómetros a través de 10 países e hizo unas 25.000 fotografías. Durante este periodo, el fotógrafo se instaló en Málaga por espacio de seis meses y entabló amistad con los Escalona, una de las grandes familias flamencas de la ciudad. A lo largo de su estancia en Málaga, Meyerowitz hizo 8.500 fotografías e infinidad de grabaciones de alta calidad de espectáculos de flamenco a los que asistía.