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André Kertész, el doble de una vida

Dividida en cuatro partes, la exposición va desde sus inicios en Hungría (1912-1925) a la explosión de su talento en Francia, incluyendo las famosas Distorsiones (1925-1936), para seguir sus años de aislamiento en Nueva York (1936-1962) y llegar, finalmente, al reconocimiento internacional, las primeras fotos en color y su fallecimiento (1962-1985).

La exposición está organizada por diChroma photography [1] y ha sido producida por el Jeu de Paume de París, con la colaboración de la Mediathèque de l’Architecture et du Patrimoine.

«Hago lo que siento»

Considerado un maestro por numerosos fotógrafos, incluyendo a Henri Cartier-Bresson, André Kertész es una de las mayores figuras de la historia de la fotografía, a pesar que su obra se resiste y elude tanto los análisis como los comentarios. Ningún observador ha logrado una mirada tan cándida y ninguna otra obra fotográfica ha conseguido plasmar sentimientos tan claros como los
transmitidos por sus fotos.

Autodidacta, Kertész siempre se mantuvo fiel a su principio motor: «Hago lo que siento». Aunque flirteó con diversos movimientos, como el surrealismo, el constructivismo y el humanismo (en realidad adelantándose a menudo a sus promotores), su compromiso fotográfico no puede encasillarse en ningún proyecto puramente estético, social o ético.

Kertész siempre situó su punto de vista por encima de cualquier otra cosa y nunca estuvo dispuesto a sacrificarlo, ni por satisfacer a un cliente, como tampoco por seguir los dictámenes de la moda. Discreto, pero lúcido, su visión resulta definitivamente natural.

Hungría y Francia

Andor (André en húngaro) nace en 1894 en Budapest y tiene sólo ocho años cuando muere su padre. Tras graduarse en la Academia de Comercio, comienza a trabajar en la Bolsa. Su primera fotografía conocida data de 1912; titulada Jeune homme endormi (‘Joven adormecido’).

Cuando es llamado a filas se dedica a retratar la vida cotidiana de los soldados del Ejército austrohúngaro, el tiempo muerto pasado en las trincheras y las largas marchas de campaña. Kertész quiere convertirse en fotógrafo y su sueño se hace realidad cuando emigra a Francia, lleno de esperanzas y de determinación.

Llega a París en 1925 y se establece en el barrio de Montparnasse, donde se mezcla con artistas y escritores (Mondrian, Chagall, Zadkine, Foujita, Colette, etc.) y comienza a fotografiar a sus amigos húngaros, los estudios de diversos artistas, así como escenas callejeras. No tarda mucho en darse a conocer y en 1927 su obra se expone en la galería Au Sacre du Printemps. En
1933 crea su famosa serie Distorsions (Distorsiones), en la que los cuerpos desnudos de sus dos modelos rusas se reflejan en un espejo deformante.

Explosión y reconocimiento

En 1934 se publica Paris vu par André Kertész, acompañado de un texto escrito por Pierre Mac Orlan, y es también en París donde Kertész realiza sus obras maestras: La Danseuse burlesque (La bailarina satírica) (1926), Chez Mondrian (En casa de Mondrian) (1926) y Les Mains et les lunettes de Paul Arma (Manos de Paul Arma) (1928). A partir de 1928, Kertész comienza a usar su Leica, y hasta 1935 es uno de los principales fotógrafos de la revista Vu. En 1936 se traslada con su mujer Elisabeth (con la que se había casado en 1933) a Nueva York.

En 1963 recupera los negativos de sus periodos húngaro y francés, que había dejado en París en 1936. Tras presentar su obra en la Biblioteca Nacional francesa, en 1964, el Museo de Arte Moderno de Nueva York realiza una exposición de la misma. En todo el mundo comienzan a organizarse homenajes en torno a este artista, desde exposiciones en Tokio, hasta Estocolmo, Budapest, Londres, París y Helsinki…

En 1975 es el invitado de honor en los Encuentros Internacionales de Fotografía de Arles. Se publican numerosos libros dedicados a su obra, así como varias importantes monografías: Hungarian Memories (1982), Of Paris and New York (1985) y André Kertész, ma France (1990). En 1984, Kertész dona su colección completa de negativos y de documentos personales al Estado francés (al Ministerio de Cultura). Fallece en su casa de Nueva York el 28 de septiembre de 1985.