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Dos visiones de la majestuosidad de Roma

Carmen Espinosa, la comisaria, recuerda que “en Roma, Dąbrowski conoció a Izabella Godlewska de Aranda (Synkowicze, hoy Bielorrusia, 1931 -Madrid, 2018), arquitecta, pintora y escultora, quien nos habló en varias ocasiones de la excelencia artística de Dąbrowski y nos propuso mostrar su obra, desconocida en España”.

Dąbrowski, profesor de la Universidad Tecnológica de Varsovia, destacó como dibujante, faceta con la que se presentó en numerosas exposiciones individuales y colectivas durante la segunda mitad del siglo XX en Varsovia, Roma, Londres, París, Viena, Berlín o Moscú. Su obra nunca se ha visto en España y de su extensa producción, de más de un millar de dibujos, se han seleccionado para esta muestra 11 vistas de Roma: ocho pertenecen a coleccionistas madrileños que coincidieron con el arquitecto en la ciudad eterna y tres proceden de la colección del arquitecto que gestiona su sobrino, Jacek Filochowski, en Varsovia.

La belleza de Italia

“Dąbrowski viajó por Francia, Bulgaria, Escocia, Austria, Rusia, pero quedó seducido por la belleza de Italia. Durante su estancia, entre 1963 y 1967, visitó Venecia, Padua, Mantua, Verona, Milán, Turín, Bolonia, Florencia, Perugia… y Roma, dejándonos dibujos de sus monumentos y rincones más destacados”, declara la comisaria.

Sus dibujos –normalmente de gran tamaño, realizados a lápiz, carboncillo o tinta con toques de tiza aguada– presentan un dominio absoluto de la perspectiva lineal y aérea, así como un manejo espectacular de la tinta china. Destacan por su monumentalidad, por la precisión de la línea, por el juego de luces y sombras y por una atmósfera envolvente que ha llevado a los estudiosos de su obra a denominarle el ‘Piranesi polaco’”.

En algunas ocasiones, Dąbrowski reproduce fielmente los detalles arquitectónicos –ya sea de la Piazza Navona, la fachada de Santa Agnese o la Piazza di Spagna–; otras veces prefiere sintetizarlos o dejarlos inacabados. Como técnico y buen conocedor de la historia de la arquitectura, incorpora elementos no construidos que figuraban en los proyectos originales – es el caso de la columnata que, según el diseño de Bramante, debía rodear al Templete de San Pietro in Montorio–. Apasionado de la naturaleza desde su infancia, Dąbrowski dibujó con maestría los árboles, como podemos apreciar en el imponente cedro del Líbano junto a la iglesia de San Giovanni in Porta Latina.

La muestra ha sido organizada por el Instituto Polaco de Cultura y el Museo Lázaro Galdiano en colaboración con la Embajada de la República de Polonia ante el Reino de España.

La Roma de José Lázaro

Anónimo europeo, 1830. Vistas del Foro Romano: Templo de Marte, tinta y aguada de tinta. Inv. 5805. © Museo Lázaro Galdiano.

Años antes del viaje de Dąbrowski a Italia, las plazas, los puentes y monumentos que se ven en sus dibujos fueron recorridos, cruzados y admirados por el editor y coleccionista José Lázaro. A Roma acudió con frecuencia, visitó sus museos y colecciones, admiró la antigüedad clásica, compró libros y obras de arte, y fue la ciudad elegida para su boda con Paula Florido (San Andrés de Giles, Buenos Aires, 1856 – Madrid, 1932) el 19 de marzo de 1903.

En su colección hay cerca de doscientas piezas que nos hablan de Roma; de ellas se ha seleccionado un pequeño conjunto relacionado temáticamente con los dibujos del arquitecto polaco, entre las que destacan, la Medalla conmemorativa de Pío VII realizada por Giussepe Bianchi con una vista de la Plaza del Popolo en su reverso fundida en1 823 el Arco de Septimio Severo magnífico aguafuerte realizado por Piranesi en 1759, dibujos –entre ellos varios de Valentín Carderera, como la Via Appia (1823-1830)–, la aguada de la Plaza de Colonna del siglo XVIII o La città di Roma de Dominique Magnan editada en 1779.