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‘El hijo de la novia’, una historia como la vida misma

Lo que hace grande a esta obra es su equilibrio, el saber pasar imperceptiblemente del drama a la risa, mientras muestra el fracaso cotidiano de los personajes, la crisis de las relaciones sociales y familiares, la religión, los ideales, la vejez, la enfermedad y el amor. Son fragmentos de la vida misma, historias que bien le podrían pasar, si no le han pasado ya, a cualquiera.

Sobre sus dos líneas argumentales, la boda de los padres y la obligada venta del ruinoso restaurante familiar a una cadena internacional, se sostiene todo un entramado tragicómico: ese pequeño empresario que tiene que hacer trampas para seguir adelante, ese anciano que ve cómo sus valores ya nada valen, esa mujer sin memoria… Personajes y situaciones que llevan al espectador de la carcajada al llanto, haciéndole disfrutar de ambas emociones de igual manera.

Sobrevivir

Interpretada por Juanjo Artero, Álvaro de Luna, Tina Sainz, Sara Cozar y Mikel Laskurain, El hijo de la novia tiene como protagonista a Rafael, que ve que su madre, incapaz de reconocerle, es un fantasma que ya no recuerda nada. Y Rafael mismo no es sino otro fantasma tras el de su madre. Tal vez esta imagen resuma una historia nacida de una experiencia personal del propio Campanella, y que integra también la de la actriz María Cánepa, que a sus 85 años, con Alzheimer, se casó por la Iglesia tras 28 años de convivencia.

Con estos elementos se construye una obra conmovedora sobre la necesidad de sobrevivir, la crítica a la falta de compromiso y la búsqueda de los sueños. En El hijo de la novia se presenta, entre el drama y la comedia, simplemente, un trozo de esa vida, en una sociedad en ruinas, donde hay que volver a encontrar la fuerza para sobrevivir y amar a pesar de todo.