Procedente del Museo de Sitio de Palenque Alberto Ruz L’Huillier, el conjunto reúne brazaletes, collares, la máscara funeraria y otros objetos que acompañaron su tránsito al inframundo, testigos del poder y relevancia que alcanzaron las mujeres en la élite gobernante de la época.
La exposición presenta la grandeza de la civilización maya y rescata la figura de una de sus mujeres más destacadas. El recorrido se centra en Palenque, antigua ciudad conocida como Lakamha’, “Lugar de agua grande”, que alcanzó su esplendor bajo el gobierno de “Pakal el Grande”. A su lado gobernó su esposa, la señora Tz’aka’ab Ajaw, llamada la “Reina Roja”, figura clave en la política y la vida ceremonial. Nacida en una familia noble, contrajo matrimonio con Pakal en el siglo VII, fortaleciendo alianzas y asegurando la continuidad dinástica. Participó en rituales, obras públicas y actividades diplomáticas, lo que demuestra su poder e influencia.
Murió alrededor del año 672 y su cuerpo fue enterrado en el Templo XIII de Palenque, cubierto con cinabrio, un polvo rojo intenso que simbolizaba la vida y la renovación. Su tumba, descubierta siglos después, contenía una máscara de malaquita, joyas y un tocado en forma de corona, objetos que confirmaban su rango y su papel como intermediaria entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Para los mayas, la muerte no era el fin, sino un tránsito hacia la transformación espiritual. La “Reina Roja” fue acompañada con rituales destinados a facilitar su viaje al inframundo y su conversión en una entidad solar, venerada después como ancestro y protectora de Palenque.
La exposición no solo reconstruye la historia de Tz’aka’ab Ajaw, sino que también reivindica el papel de las mujeres en la cultura maya como portadoras de poder, sabiduría y legitimidad. Su figura encarna la unión entre vida y muerte, historia y mito, mostrando cómo el legado femenino contribuyó a la continuidad de una de las civilizaciones más sofisticadas de Mesoamérica.
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Entre linajes, ritual y política
Entre los antiguos territorios mayas, la ciudad de Palenque destacó como un prodigio de sofisticación artística, política y espiritual. Allí gobernó la “Reina Roja”, cuya vida y legado condensan el poder de las élites femeninas mayas: extendieron la influencia de sus linajes, participaron en rituales, preservaron libros sagrados, promovieron obra arquitectónica y artística, organizaron banquetes, supervisaron la producción textil y tomaron parte en la vida política y bélica.
El 13 de noviembre de 672, entre los 55 y 60 años, “entró en el camino”. Fue sepultada en el Templo XIII-sub con su sarcófago monolítico cubierto de cinabrio —pigmento carmesí vivificante para los mayas— y acompañada de su máscara de malaquita y su tocado hu’unal, reafirmando los títulos que conservaría para las generaciones venideras: “Reina de los innumerables linajes”.
La muestra forma parte del gran proyecto expositivo La mitad del mundo. La mujer en el México indígena, organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España —a través de la AECID— junto al Gobierno de México —mediante la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Cultura y el INAH— en colaboración con Casa de México en España, el Ministerio de Cultura de España, el Instituto Cervantes y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
Comisariado por Karina Romero Blanco, exdirectora del Museo Arqueológico de Cancún, el proyecto reúne más de 435 piezas procedentes de diversas regiones de México y nace con el objetivo de reforzar vínculos históricos y culturales entre ambos países, así como reivindicar la aportación de los pueblos originarios mexicanos —con especial atención a las mujeres— como fundamento, memoria y sostén de un legado que ha dado forma a la identidad del país durante más de treinta siglos.
La exposición se distribuye en cuatro sedes madrileñas: Museo Arqueológico Nacional [2], Fundación Casa de México en España, Instituto Cervantes y el Thyssen, ofreciendo una mirada poliédrica al universo femenino indígena.
