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Comedia documental sobre la memoria colectiva

En escena, Patricia de Lorenzo, Miguel de Lira, Cristina Iglesias, Fidel Vázquez y Ricardo Lacámara son los encargado de dar vida a estas historias sobre la sala de fiestas O Paraíso, que se encontraba en Muros (un pequeño pueblo de la costa gallega) entre 1972 y 1990 y que, al cabo de los años, fue convertida en un supermercado Eroski.

Este hecho, cambiando los nombres, se ha repetido en infinidad de lugares de toda España, donde los cines, las salas de fiesta y otros espacios de socialización se han ido transformando en espacios de consumo.

Eroski paraíso. Foto: Matteo Bertolino. [1]

Eroski paraíso. Foto: Matteo Bertolino.

La obra supone así una metáfora viva de la transformación social ocurrida en los últimos 35 años en España. A través del sentido del humor se profundiza en una perspectiva crítica de la realidad contemporánea, explorando nuevas zonas de intersección entre el lenguaje cinematográfico y el teatro.

Planteada como el rodaje de una película documental, Eroski Paraíso desarrolla en el escenario una antropología del presente, retratando con crudo naturalismo el desarraigo que arrastró a una parte de la sociedad fuera de su casa, de su paisaje, de su lengua, de sus costumbres, de sus afectos, de su comunidad de origen y de su propia memoria. Porque el paraíso prometido por el estado de bienestar en realidad tiene la forma de un supermercado.

La historia

La historia tiene como protagonistas a Eva Martínez y Antonio Formoso, que se conocieron casualmente en la sala de fiestas O Paraíso de Muros en 1989. Ella tenía 19 años, el 25. Se casaron al quedar ella embarazada y su hija Alejandra (Álex) nació al año siguiente, justo cuando cerró este local. Al poco tiempo emigraron y anduvieron dando tumbos de un lado a otro dejando que la vida decidiese por ellos.

Veinticinco años después, Eva está de vuelta en Muros cuidando de su padre enfermo de alzheimer y trabajando en el supermercado que abrieron en el mismo local que ocupaba la sala de fiestas. Antonio sigue en Canarias. Álex acaba de terminar un máster de cine en Barcelona, donde vive, y viaja a Muros para hacer su primer documental. Una película sobre sus padres, sobre la distancia que sus vidas abrieron entre aquel paraíso y este supermercado, un retrato del desarraigo vital de una generación que aún conoció lo que era la sociedad tradicional y que vivió en su juventud la irrupción de la sociedad de consumo.

Eroski Paraíso es el título que le puso a su película. Esta obra es una invitación para asistir a una de las sesiones de rodaje. Además de la pareja protagonista y su hija, para completar la historia se pone en escena a un cuarto personaje: Avelino, el abuelo de Álex, el padre de Eva. Se trata de una persona con principio de Alzheimer que se convierte en una figura clave para la película que está haciendo Álex, ya que el detonante de su historia es una fotografía que él le envío cuando era niña.

Eroski paraíso. Foto: Matteo Bertolino. [2]