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Julio Vaquero, materia imaginada

El conjunto se complementa con sus últimas pinturas, en las que el secado de los pigmentos crea campos de color fraccionados, una superficie «dañada» en la que los objetos descansan frágiles y quebradizos, tal vez como un reflejo de la fugacidad contemporánea y de la experiencia de un tiempo acelerado que deja todo atrás.

Esta muestra constituye un pequeño recorrido a través de esa experiencia, desde los dibujos sobre papel vegetal creados con barras de pigmento, que combinan lo dibujístico con lo pictórico, hasta la elaboración de una pintura moldeable que permite construir objetos tridimensionales. Con esa materia, Vaquero ha creado una instalación que parece evocar el deterioro ecológico, así como plasmar nuestra experiencia del tiempo, todo ello usando solamente pintura solidificada.

En el interior del estudio

La obra pictórica de Julio Vaquero se desarrolla en el terreno de la figuración, profundizando siempre en su cualidad matérica. Su búsqueda se concentra en los problemas fundamentales de la luz y el espacio y en la dualidad entre el espacio plano y el tridimensional, concentrando su mirada en los elementos que conforman la cultura y el mundo del conocimiento contemporáneo, así como la figura en el interior de espacios simbólicos. Compone en el interior de su estudio los espacios que después pinta al natural, creando un diálogo entre pintura como representación tradicional y como experiencia en el espacio real que lo ha generado.

 

Con motivo de la exposición y formando parte de su catálogo [1], el director de escena Xavier Albertí ha escrito un texto sobre Vaquero, una breve pieza teatral en la que ilustres de la cultura se dan cita en conversación con un artista del tiempo presente. En él, Albertí narra así la forma que tiene el artista de entender su obra: «Yo pinto para recordar que mi mundo es inmóvil. Que el tiempo está congelado. Que hay que resistir a la voracidad de los tiempos. Me gustaría pintar como se reza. No es necesario explicar o analizar. ¡Hay que mirar!».

Julio Vaquero crea una obra basada en el estudio y la experimentación con lo real. Ha mostrado su trabajo en numerosas exposiciones en galerías y museos de Europa y EE.UU. También ha asesorado programas para Televisión Española como La mitad invisible o Imprescindibles, ha realizado escenografías para el Teatro Nacional de Cataluña y es asesor artístico de la Fundación Sorigué desde el año 2000, con la que ha colaborado en la creación de una colección de arte contemporáneo que ha recibido importantes reconocimientos.