- hoyesarte.com - https://www.hoyesarte.com -

Si las barras hablasen…

Desde el mítico Rock-Ola de los años 80 al Nasti, cerrado hace escasas semanas, son muchos los locales nocturnos que han dejado su huella en la ciudad. Barras libres trata de recuperarlos, de recordar por qué fueron lugares de reunión, intercambio y desafío, en los que la música retumbó tanto literalmente hablando y tanto a nivel simbólico (albergaron los sonidos más transgresores y arriesgados de la época).

Las salas Rock-Ola –la más legendaria–, Agapo –heredera de la Movida–, Canciller –el templo del heavy– y Nasti –cuna del underground madrileño– protagonizan la exposición a través de sus dueños, de sus habituales, de los grupos que las pisaron, de sus paredes y los recuerdos que contienen y en su día albergaron. Los que se pueden contar y los que no.

La sala más legendaria de conciertos de Madrid no necesita mucha justificación. Cuartel general de la Movida, por sus escenarios no sólo pasaron todos los que fueron alguien en esa escena, sino también los grupos extranjeros referentes de la época (además se organizaban exposiciones y hasta desfiles de moda).

Cuando la Movida adquirió dimensiones de elefante y cerraron locales como Rock-Ola, el pequeño Agapo, en el corazón de Malasaña, tomó la antorcha del rock madrileño. Allí comenzaron grupos como Los Enemigos, Los Ronaldos o Sex Museum y dio refugio a leyendas como Johnny Thunders, además de acoger al underground capitalino en todas sus formas (periodistas, dibujantes, fotógrafos, disqueros…). Una parte de los dueños del local fundaron a principios de los 90 el Festimad.

El templo del heavy madrileño (y nacional). A lo largo de casi 20 años, en dos localizaciones diferentes (en los distritos de Ciudad Lineal y San Blas), y en medio de una titánica lucha contra el concejal del distrito y los vecinos, la Canci acogió a todos los grupos importantes del rock duro nacional e internacional (Iron Maiden, Scorpions, Anthrax, Sepultura, Def Leppard, Megadeth… hasta Radiohead actuó allí, presentando OK Computer).

Cuna del underground madrileño en este siglo (y, con sus diferencias, en los 90, cuando se llamaba Maravillas y fue el germen del FIB). El Nasti cerró el pasado mes de julio, pero en los últimos 13 años ha sido un hervidero de creatividad musical, ofreciendo su pequeña tarima a los grupos que un año después ocuparían los grandes escenarios de festivales como el Primavera Sound.

Sobre Darío Manrique

Darío Manrique nació en Burgos en 1977, aunque desde los tres años vive en Madrid. Un año después, explica, visitó por primera vez la mítica sala Rock-Ola… aunque reconoce no acordarse de mucho. En la capital se licenció en Periodismo en la Complutense, y desde entonces ha sido una constante en el periodismo cultural en España: ha pasado por las redacciones de Rolling Stone y la web Loquesea.es. Desde 2006 escribe para El País, Esquire, Rolling Stone, Harper’s Bazaar… También está preparando un libro sobre el célebre disco Honestidad brutal de Andrés Calamaro, que espera terminar algún día.