Sciammarella sabe pintar lo que no se ve y a los ilustres escritores que pone ante nuestros ojos les ha retratado el perfil del alma. Estos “Cervantes” contienen la esencia misma de lo que son y además de contemplarlos también se les puede leer. Después de visitar esta “galería de eximios” uno sale con la impresión de haber compartido con ellos el territorio incontaminado de la literatura… Tal es su naturaleza.
El artista ha hecho posible este inventario de premiados desde su propio fervor literario, como si fuera un lector empedernido que ha trocado el vuelo de la palabra en retrato furtivo, apelando a técnicas mixtas que van desde el pastel al collage. En el fondo, esta exposición es un homenaje a una pasión mayor, la palabra.