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El dibujo de un maestro de la línea clara

Francisco López Rubio (Motril, 1895 – Madrid, 1965) comenzó a marcar la historia del dibujo español del siglo XX cuando en 1920 obtuvo una medalla en la Francisco López Rubio2 [1]Exposición Nacional de Bellas Artes. Era la primera vez en la historia que se entregaba a un caricaturista. Ahora, la muestra Francisco López Rubio. Maestro de la línea clara homenajea a este dibujante granadino, presente en la prensa de los años 20 y 30, y a todos los personajes que lo popularizaron: el conejo Roenueces, dos Oppas, el mago Pirulo, el profesor Bismuto y los pequeños Lita y Lito.

Inspirado en la fórmula del ‘menos es más’, este granadino creó una serie de personajes entrañables que jugaban y se divertían en Gente Menuda, un suplemento cultural infantil que alegró la infancia de varias generaciones.

Su tendencia a eliminar lo superfluo de los dibujos le llevaba a conseguir la mayor de las transparencias, un criterio conocido como ‘línea clara’, del que llegó a ser uno de sus principales exponentes. Buena parte de esta exposición está dedicada a recordar sus trabajos infantiles, así como un sinfín de ilustraciones, recortables, mapas, dibujos para colorear o juegos.

 

Gran dibujante

López Rubio llegó a Madrid en 1915 para ser dibujante. Inmediatamente alcanzó un gran reconocimiento, sobre todo como caricaturista. En 1920 fue galardonado con una medalla a su trabajo en la Exposición Nacional de Bellas Artes. En esos años se consolidó, además, como dibujante en las páginas de diarios como Vida NuevaEl Sol o La Voz, y de un sinfín de revistas. Fue entonces cuando también empezó a ser conocido como figurinista y decorador teatral, a veces en colaboración con Salvador Bartolozzi.

En 1928 comienza su colaboración con Blanco y Negro y, posteriormente, en el suplemento infantil Gente Menuda, del que fue su gran artífice junto con Elena Fortún (seudónimo de Encarnación Aragoneses). En los años 30 colaboró en otras revistas y diarios y hasta en un cortometraje de animación en 1934, Serenata.

Durante la guerra vivió en una situación de semiclandestinidad y tras la misma, volvió a colaborar en ABC, para el que hizo historietas caracterizadas por su humor blanco y surrealista.