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Tàpies, una exposición, dos museos

Con una selección de cerca de 140 obras, que abarcan desde 1945 hasta 2011, esta exposición pone de relieve la experimentación infatigable e incluso obsesiva de Antoni Tàpies [1], y el desarrollo de su iconografía y su vocabulario hecho de signos, de materias, de colores y de objetos cotidianos.

En su primera incursión en la figura del artista catalán, Vicente Todolí ofrece una mirada singular a partir de una selección de obras de la colección personal del artista, complementada con trabajos pertenecientes a la Colección de la Fundació Antoni Tàpies. En resumen, la exposición propone una aproximación a este creador no sujeta a lo que se sabe, sino a lo que se descubre en el itinerario del creador.

En casa del artista

Antoni Tàpies reservó para su taller y para la Fundació una parte importante de su obra. En este sentido, Tàpies. Desde el interior ha sido concebida exclusivamente a partir de las obras conservadas en casa del artista, muchas de ellas hasta ahora inéditas, y en su Fundació, y concentra la atención principalmente en torno a dos líneas de su extensa producción, que el propio artista ya menciona en su Memòria personal: por una parte, las pinturas matéricas o murales, que encontraremos mayoritariamente en las salas del MNAC, y, por el otro, los objetos y materiales pobres, que será posible visitar en la Fundació Antoni Tàpies.

El proyecto de Todolí pretende remarcar la libertad que ofrece definir, como condiciones y como límites, espacios como el taller, la vivienda y la Fundación del artista. Lugares cercanos, íntimos y que acumulan obras y etapas del creador. La exposición, por tanto, no trata de establecer un orden en estos trabajos o de categorizar las obras del taller, sino que procura mantener sus paradojas, sus desechos, sus contradicciones y sorpresas.

 

Palabra de Tàpies

«Hacia finales de 1958, incrementé mucho (…) las obras realizadas con materiales considerados pobres. Experimenté la necesidad de insistir y profundizar todo aquel mensaje de lo que es insignificante, gastado o dramatizado por el tiempo. Junto a las grandes composiciones murales –a gritos o en silencio–, los residuos de cada día. En realidad fue la reanudación más consciente de temas que a menudo me habían atraído. En mis investigaciones había descubierto esta materia, que yo encuentro tan cargada de extrañas sugestiones, como es el cartón. Materia gris, anónima, que difícilmente se presta a ser manipulada y justamente por eso la más pequeña huella de la mano lo atormenta y lo destroza. Pero el trozo de cartón, la caja, la tapa, la bandeja (…), la ropa sucia (calcetines, camiseta, calzoncillos…), mueble viejos, cosas cotidianas…, no usados como una representación o tema del cuadro  sino como verdaderos cuerpos, objetos. (…) Y en este sentido me he visto influido o emparentado con algún precursor dada, con Duchamp, con Schwitters… Pero hay otros aspectos de la función «ascética», de la «sacralización» del mundo inmediato al que me he referido… De la «suprema identidad» del Samsara con el Nirvana. El uso de nuevos materiales, del collage y del ‘assemblage’, se generalizó bastante entre algunos nuevos artistas de aquel momento».

Antoni Tàpies, Memoria personal, Barcelona, Crítica, 1977: p. 331

 

Museu Nacional d’Art de Catalunya

En el MNAC, la exposición presenta la evolución de la obra de Tàpies a través de un recorrido que abarca toda su producción artística, desde 1945 hasta 2011.

Partiendo de sus primeras pinturas realizadas en los años cuarenta, el artista emprende una búsqueda estética que pasa por la experimentación con materiales y formas que darán lugar, en los años cincuenta, a una expresión propia, las pinturas matéricas, que le harán merecedor del reconocimiento internacional.

Desde la pastosidad y el grosor de la pintura de los primeros años, hasta la inclusión de nuevos materiales, como el barniz, el látex y las planchas de metal de las décadas siguientes, la muestra pone de manifiesto su interés constante por la materia con dos enfoques diferentes pero complementarios: como rechazo al lenguaje artístico tradicional y como sinónimo de cambio y transformación.

A lo largo de la exposición se visualiza la experimentación infatigable del artista y el desarrollo de su iconografía y su vocabulario hecho de signos, materias, colores y objetos cotidianos, así como la concepción de la obra de arte como vehículo de la relación con el misterio, las fuerzas del universo y la naturaleza.

Se trata de una selección que ofrece una visión diferente, aceptando la libertad y la limitación que supone tener como único punto de partida todo lo que el artista había conservado para él, su familia o la Fundació Antoni Tàpies. Un punto de vista que no pretende establecer categorías para las obras sino exponer y revelar sus tensiones, contradicciones y paradojas.

La primera exposición que presenta el Museu Nacional una vez eliminado en su relato el límite cronológico de 1940 es una retrospectiva de uno de los artistas que vertebran toda la segunda mitad del siglo XX. Para Antoni Tàpies, el MNAC fue un lugar esencial en su itinerario vital, un museo en el que encontraba las raíces románicas de su obra.

Fundació Antoni Tàpies

Paralelamente, en las salas de la Fundación Antoni Tàpies, el visitante encontrará una selección de obras centrada en creaciones de 1946 a 2009 que evidencian el interés de Tàpies por los materiales pobres y por los objetos: desde el uso del cartón, los hilos y los cordones de las obras tempranas hasta el ensamblaje y la incorporación del objeto en la superficie de la tela que se hacen más manifiestos a partir de finales de la década de 1960. La elección hace evidente la voluntad de Tàpies de magnificar lo que se considera pequeño e insignificante para mostrar que todo lo que se concibe como marginal puede sugerir ideas esenciales.

Acompañando la exposición Tàpies. Desde el interior se proyectará en el auditorio el documental Tàpies, del realizador Clovis Prévost y producido por Maeght, con música de Carles Santos y la colaboración de Joan Brossa. El documental muestra el proceso de realización de la obra Pintura amb grafismes (1969), a la vez que la contextualiza con imágenes del estudio de Barcelona y de Campins.