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‘Trabajar con signos’, antología de Alberto Corazón

La comisaria de la muestra, Ana Arambarri, ha creado un recorrido expositivo que se divide en siete grandes bloques que ofrecen una visión global del universo creativo de Corazón, tanto en su vertiente artística como en los campos del diseño gráfico e industrial.

Arte y diseño

La primera parada en el camino es Arte y diseño y en ella se pone de manifiesto la gran variedad de disciplinas que Alberto Corazón ha logrado combinar a lo largo de su vida. El visitante puede ver diseños y piezas originales del autor, entre los que hay carteles, dibujos, óleos, logotipos, esculturas, murales, relojes de sol, fuentes… que mantienen una unidad de estilo.

En la exposición se reúne un conjunto significativo de sus trabajos, más de 1.800 imágenes de empresas e instituciones, logotipos y marcas, identidad corporativa y un conjunto relevante de diseño industrial, entre los que hay cajeros, teléfonos, lectores de códigos…

Compromiso y ética

Su obra artística ha estado influenciada por la época histórica que le ha tocado vivir. El final de la dictadura en la década convulsa de los 60 marca el comienzo de su actividad profesional como diseñador. Es en ese contexto, en 1965, cuando Alberto Corazón y un grupo de amigos universitarios fundan la editorial Ciencia Nueva, plataforma en la que consolida su actividad profesional como diseñador y que cierra años más tarde, ahogada por la censura

Su carrera como diseñador se complementa con manifestaciones de arte conceptual, que se exponen en las galerías Redor, Buades, Alexander Iolas y Vandrés. En esa década, sus obras artísticas se exhiben con frecuencia en galerías y espacios alternativos de Europa y América, y en 1973 es invitado a exponer en la Bienal de París y en 1976, en la de Venecia.

La Transición

Alberto Corazon [1]En la tercera etapa del recorrido se muestra su obra en un periodo en el que los españoles se abren a la libertad. En este periodo destaca una generación de jóvenes entusiastas que quieren acceder a la modernidad con rapidez, jóvenes que renuevan el sector público, la industria y los servicios. Esto hizo posible que, en poco tiempo, el diseño en España alcanzase un estatus y un nivel profesional importantes.

Renovación

La industria cultural, inexistente durante la dictadura, toma gran protagonismo a partir de 1976. Se suceden los encargos de editoriales, empresas periodísticas, medios de comunicación, eventos culturales, teatro, fiestas, ferias, música. Alberto Corazón concibe el cartel como una superficie de comunicación y reflexión gráfica y realiza, en el período de los 60 a los 90, más de 600 carteles y 1.000 cubiertas editoriales.

Utiliza imágenes publicadas en la prensa, amplía la imagen y juega con colores y tipografías intencionadamente imperfectas. El resultado son mensajes cargados de energía ideológica. Son años en los que el cartel encuentra de nuevo un espacio en la calle, en los cafés, en las librerías. Hay que destacar sus carteles realizados para el Centro Dramático Nacional y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que apuestan por la renovación de la imagen de la mano del diseño.

La modernización

Las transformaciones de la sociedad española en los años 80 le dan la responsabilidad de diseñar la identidad gráfica de grandes empresas e instituciones financieras y culturales. Entre otros, el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía, La Rioja y Extremadura, el Instituto Nacional de Industria, el Banco Urquijo, el Banco Hipotecario, la Corporación Siderúrgica, Ferrovial, Avidesa, la Biblioteca Nacional, el Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, ONCE y Cercanías de RENFE.

Pero no es esta la única actividad de Corazón. A partir de 1990, su obra artística, pintura y escultura, se exhibe en las galerías Gamarra y Garrigues, Elvira González y en el Würth Museum Künzelsau. Desde 2001es representado por la Galería Marlborough, en donde expone regularmente tanto en Madrid como en Nueva York.

Diseño y Academia

Hasta finales del siglo XX, en España se consideraba el diseño como un arte menor por su funcionalidad y utilidad. La demanda de la sociedad y la popular trayectoria por la nueva estética han empujado a modificar este anticuado criterio. En el año 2006 el diseño es admitido como nueva disciplina y queda incorporado a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con el mismo rango que la música, la fotografía, el cine, la pintura y la escultura. Alberto Corazón es el primer diseñador que tiene el privilegio de leer en la Academia su discurso de ingreso: Palabra e Icono: Signos. Todo un símbolo.

Diseño y arte

Finalmente, el último apartado del recorrido es El diseño y el arte, que ha sido concebido específicamente para la muestra en la Fundación Luis Seoane. La relación de las obras de Corazón siempre ha estado interconectada. Los mismos signos gráficos los ha utilizado tanto para la obra plástica como para el diseño. En este apartado se muestran obras originales que han tenido aplicación en carteles o en identidad gráfica. Una muestra singular que demuestra que la creación siempre está latente, sea cual sea su plasmación gráfica.