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Zuloaga y Anglada: una amistad, dos visiones de la modernidad

Zuloaga. Autorretrato. 1908. Óleo sobre lienzo. 112 x 71 cm. The Hispanic Society of America, Nueva York.

Zuloaga. Autorretrato. 1908. Óleo sobre lienzo. 112 x 71 cm. The Hispanic Society of America, Nueva York.

A partir del 4 de junio, la exposición Zuloaga y Anglada-Camarasa: dos visiones de la modernidad pondrá en contexto en CaixaForum Palma la amistad de dos de los pintores más importantes del Modernismo a través de 24 obras, la mitad de cada uno. De esta forma, se podrán observar sus coincidencias y diferencias.

Zuloaga y Anglada recrearon en sus cuadros los temas que tan bien se vendían en el París de la época, como gitanas, majas y paisajes, y tuvieron una fuerte influencia del impresionismo y posimpresionismo. Sin embargo, las diferencias entre sus lenguajes artísticos y sus enfoques son evidentes. Ambos, en cualquier caso, disfrutaron de un gran éxito internacional.

En 1988, la Obra Social ”la Caixa” adquirió a los herederos de Anglada-Camarasa una amplia representación de sus pinturas y dibujos. Esta colección incluye 328 obras y 194 objetos personales. Asimismo, CaixaForum Palma, que ocupa el edificio modernista del antiguo Gran Hotel de Lluís Domènech i Montaner, se ha convertido en un centro de estudio y divulgación de su obra, donde se presentan, además, exposiciones dedicadas a sus contemporáneos y a las artes decorativas del Modernismo.

Esta muestra está siendo organizada por Fundación ”la Caixa” en colaboración con la Fundación Zuloaga [1].

Un lugar singular

Retrato de Hermenegildo Anglada Camarasa realizado por Isidro Fernández Fuertes. Publicado en la revista «La Esfera» en 1918.

Anglada-Camarasa ocupó un lugar singular en el arte de su tiempo. Se formó en Barcelona y, a finales del siglo XIX, dio el salto a París, donde vivió varios años de precariedad y privaciones. Con el cambio de siglo alcanzó un gran éxito internacional, como nunca había tenido ningún otro pintor español desde Mariano Fortuny. Su influencia fue especialmente notable en Italia y entre los artistas rusos. Fue uno de los primeros artistas de nuestro país que lograron ser reconocidos y cotizados en Estados Unidos, y uno de los pocos que crearon escuela en Latinoamérica, donde es un nombre de referencia.

Su personalidad se asocia a dos paisajes característicos: el París nocturno de la Belle Époque, que supo captar mediante un arte misterioso y sutil, y los paisajes de Mallorca, lugar donde se refugió huyendo de la Primera Guerra Mundial y que se convirtió en su tierra prometida. Durante los últimos años de su vida vivió alejado del mundo artístico debido a la Guerra Civil, que lo llevó al exilio y al progresivo distanciamiento de las tendencias más avanzadas del arte contemporáneo.