De Mona Lisa a los Simpson

La periodista e historiadora del arte Francesca Bonazzoli y el crítico de arte y comisario Michele Robecchi son los autores de un libro distinto sobre los secretos y curiosidades de obras únicas que a lo largo de la historia han pasado a ser iconos de la cultura popular contemporánea e, incluso, reclamos publicitarios.

De Mona Lisa a los Simpson ofrece a los amantes del arte, el diseño y la publicidad, respuestas, anécdotas y detalles curiosos. Bonazzoli y Robecchi se adentran en cómo la sociedad de masas ha adoptado ciertas obras y las ha transformado en campañas publicitarias y en objetos de promoción comercial, estando muy presentes en las vidas de los ciudadanos.

Cómo se convirtieron en iconos

Los lectores descubrirán cómo se concibieron estas obras de arte y llegaron a ser iconos, así como los cambios de interpretación que se les han ido dando a lo largo de los años.

El libro recoge un total de 30 obras de todos los tiempos y estilos, que son analizadas de forma clara, directa y visual, para mostrar cómo se crea un icono, cómo se mantiene y las múltiples anécdotas, leyendas y vicisitudes que envuelven su historia.

Además se incluye una interesante selección de viñetas, anuncios, portadas de discos o libros y material publicitario que acompañan a los 30 célebres originales para ilustrar cómo se convirtieron en iconos atemporales. 

Como explica Mauricio Cattelan en el prefacio del libro: «A lo mejor no todos los artistas presentes en este libro estarían orgullosos de ver su propia obra reproducida en tazas y pantuflas; sin embargo es precisamente de esta manera que han alcanzado la eternidad».

Entre las obras seleccionadas destacan el Dicóbolo, de Mirón (ca. 480-440 a.C); el Laoconte y sus hijos, de Agesandro, Atenodoro y Polidoro (ca. 20-40 a.C); El nacimiento de Venus, de Sandro Boticelli (ca. 1484); La última cena (ca.1494) y la Mona Lisa (1503-1506), de Leonardo Da Vinci; Las Meninas de Diego Velázquez (1656); La maja desnuda (1797-1800), y La maja vestida (1807-1808), de Francisco de Goya; El pensador de Auguste Rodin (1880-1881); El Grito, de Edvard Munch (1893), el Guernica de Pablo Picasso (1937), o El hijo del hombre, de René Magritte (1964).