«Para el mundo académico, la obra de Prieto y Romero aporta una nueva luz sobre una etapa vibrante de la literatura española. Para los aficionados a la poesía, este libro constituye el maravilloso descubrimiento de un escritor de primera línea hasta ahora esencialmente desconocido. Su obra, que en su mayor parte ha permanecido inédita hasta hoy, parte del modernismo para beber rápidamente de las aguas del creacionismo y el ultraísmo, aunque destilando un estilo propio que persigue el verso puro, construido con absoluta libertad creativa y sin arreglo a las normas establecidas hasta entonces”. Así lo expresó el profesor Andrew A. Anderson, responsable y autor del prólogo de esta edición crítica, en el curso de la presentación de Alas en la Residencia de Estudiantes.
Técnica
Que el verso
nazca de tus manos
desnudo,
sin artificios y sin galas,
sin otra luz que la que en él proyecte
tu alma:
con las palabras justas
y casi sin palabras.
Vida
Si quieres que tus canciones
resuciten en fragancia
y sea fecundo el fruto
de tu alma,
riega con tu propia sangre
el jardín de tus palabras.
«La calidad de su obra literaria, en su mayoría inédita hasta la presente edición, su vida bohemia, dedicada casi por entero a la poesía, y su trágico final hacen de Prieto y Romero una figura única de la poesía española previa a la Guerra Civil que merece ocupar un lugar propio entre todos aquellos que hicieron posible una nueva forma de hacer versos en aquellos años», añadió el hispanista que, desde su cátedra en la Universidad de Virginia, se ha consolidado como uno de los referentes en el estudio de la irrupción de las vanguardias literarias en España en las primeras décadas del pasado siglo.
En la presentación, el crítico, poeta y exdirector del Instituto Cervantes Juan Manuel Bonet comentó que el autor de Alas renunció a las posibilidades de una existencia acomodada «para dedicarse en cuerpo y alma a una creación literaria que evolucionó muy rápidamente desde el modernismo de sus primeros poemas hacia la búsqueda de la creación poética en su estado puro a través de movimientos de vanguardia como el creacionismo y el ultraísmo. Sin embargo, el poeta se mantuvo en los márgenes de estos movimientos para adentrarse en un estilo propio que superaba ambas tendencias».
Participante asiduo de las tertulias de los cafés literarios de la época, junto a figuras como Ramón Gómez de la Serna, Emilio Carrere, Mauricio Bacarisse, Rafael Lasso de la Vega o Eliodoro Puche, Ramón Prieto vivió una estrecha relación con Vicente Huidobro, con el que mantuvo una intensa correspondencia que recoge el presente volumen, que también reproduce algunos manuscritos originales del autor e incluye una semblanza biográfica del poeta y su familia desde sus inicios hasta su consolidación como un creador de primera línea. El escritor que mantuvo una notable presencia en revistas como Creación, Cervantes, Sirio, Ultra y Vértices.
La canción ingenua
Canté como las fuentes,
canté como los niños,
canté como los pájaros…
Canté…
sin saber por qué.
Estética
Todas las rutas
saben de mi cansancio:
cuando hice florecer un camino
a otro camino dirigí mis pasos.
Siempre bebí las aguas fugitivas;
jamás llené mi copa en los remansos.
A lo largo de una presentación en la que también intervino el poeta y catedrático de Literatura Mario Hernández, se insistió en el peculiar carácter de un poeta que vivió un triste final pues, tras ver morir a su hijo mayor como consecuencia de un atropello, se deslizó hacia la bohemia más absoluta, cayendo en el alcoholismo y dejando de frecuentar a su familia para acabar viviendo como un indigente en las calles de aquel Madrid que transitaba hacia la Segunda República.
La investigación llevada a cabo para completar esta edición ha permitido añadir luz a los últimos años de un autor que falleció en Madrid el 9 de diciembre de 1933 en el llamado Parque de los Mendigos, una sórdida instalación creada en 1928 en el barrio de La Guindalera para dar cobijo a las personas sin hogar. El acta de defunción atribuye a una endocarditis la causa de la muerte de un individuo que en el apartado de profesión recoge un desolador «mendigo».
Ahora, la oportunísima edición de Alas repara un inaceptable olvido y evidencia que detrás de aquel «mendigo» habitaba un enorme poeta.
Paz
Yo todo lo esperé ya nada espero.
Huyendo del ayer y del mañana
me he sentado a la orilla del sendero
por donde va la caravana.
Sin fe en la vida ni en la muerte,
sin sueños, sin amor, el alma mía
está a mis pies inerte:
tal fue mi espanto un día.
Ahora nada me espanta;
viviendo este hoy vacío que ni llora ni canta,
me siento con el alma sin alma de las cosas
como una piedra más en el camino;
ciego a los espejismos de auroras engañosas
e impasible a los hierros candentes del destino.
Alas. Ramón Prieto y Romero [1]. Ediciones La Palma. 356 páginas. 19 euros.
