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Raúl Guerra Garrido en el ‘Cuestionario Mairena’

1. ¿Con qué completarías la frase: “Mi infancia son recuerdos de…”?

…un niño pisando uvas.

2. ¿Cuáles son los días azules y el sol de tu infancia?

Nadando desnudo en el rio Cúa, ya en vacaciones de verano.

3. ¿Hay en tu historia cosas que recordar no quieres?

Sí, pero tampoco quiero olvidarlas.

4. Tu primer apellido es Guerra. En este momento de tu vida, ¿vives en paz con los hombres y en guerra con tus entrañas o al contrario?

Dijo Noséquién: «La vida de un escritor es un continuo estado de guerra». En mi caso, una obviedad.

5. Naciste en Madrid, te criaste en El Bierzo, has vivido muchos años en San Sebastián y te consideras “cómodamente extranjero en todas partes”. Verdaderamente, ¿se hace el camino al andar? ¿Y al escribir?

Sí, pienso que se hace camino al hacer. Al intentar seguir tu vocación.

6. En tu larga experiencia como viajero, ¿a qué das más valor: al camino, a la posada o al regresar para contarlo?

Mi lema: «Entre dos caminos, el desconocido; entre dos caminos desconocidos, el prohibido; entre dos caminos desconocidos y prohibidos, el que más temas».

7. En tu mundar, ¿cómo sueles conversar con el hombre que siempre va contigo?

Suspiro o cierro los ojos.

8. ¿Has tenido alguna vez la sensación de “estar dando vueltas al atajo”?

Y a la noria.

9. Dice el poeta que “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar”. ¿Es verdaderamente el olvido quien nos nombra y pronuncia?

No creo, sólo se olvidan las nimiedades: por ejemplo, el nombre, no la persona.

10. ¿En qué medida has perseguido la gloria y dejar en la memoria de los hombres la tuya?

En ninguna.

11. ¿Tu vida se ha ido haciendo más de rebeldía que de resignación o viceversa?

De rebeldías con causa.

12. ¿Has sentido alguna vez tu corazón helado por alguna de las Españas?

Por la oficial casi siempre, pero, por fortuna, casi siempre hay heterodoxos.

13. Lo español, ¿te encanta, te indigna, o te encanta y te indigna al mismo tiempo?

Consúltese la respuesta anterior.

14. ¿Hemos aprendido ya a separar las voces de los ecos o hay más ruido que nunca?

El ruido ya es ensordecedor, hoy lo que más teme un ser humano es el enfrentarse con la soledad, el silencio y un espejo.

15. ¿Se miente más que se engaña o se engaña más que se miente?

Los australianos suelen decir que dos españoles solo se ponen de acuerdo por un malentendido.

16. ¿La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero, o también la verdad se inventa?

Las dos cosas puesto que, si nos ponemos cínicos, la verdad es una mentira que todavía resiste.

17. ¿Crees que se ganaría mucho si los políticos actuales prestaran más atención al mensaje de Mairena: “para dialogar, preguntad primero; después, escuchad”.

Si leyesen algo en papel sería fantástico.

18. ¿Es el mejor de los buenos quien “sabe que en esta vida todo es cuestión de medida: un poco más, algo menos” o quien “guarda, cual venta del camino, para el sediento el agua, para el borracho el vino”?

El mejor es el buen jugador de «las siete y media»: apuesta alto sabiendo que te pasas o no llegas.

19. La moneda del alma, ¿se pierde si no se da?

Si te refieres al amor, cierto.

20. ¿Es el maestro quien hace al niño o el niño al maestro?

El niño siempre tiene los mismos años, el maestro cada año uno más: un dilema existencialista.

21. ¿El artista es el que transforma en arte lo que no es arte o el que imita a la naturaleza?

Es quien consigue con su obra suscitar algún afecto del hombre. El cómo da igual.

22. ¿El hacer las cosas bien importa más que el hacerlas?

Hacerlo mal es esa canallada que suavizamos con el nombre de chapuza.

23. Todo necio confunde valor y precio. ¿Hay mucho necio en el mundo literario?

Por desgracia, no menos que en cualquier otro mundo.

24. “El ojo que ves no es/ ojo porque tú lo veas;/ es ojo porque te ve”. ¿Se puede aplicar también a la mirada del alma?

Pura nostalgia. Era una pintada en la puerta de las cuevas del Sésamo, de cuando de muy jóvenes jugábamos a existencialistas.

25. El corazón tiene razones que la razón no tiene, pero ¿tiene la razón corazonadas que el corazón no tiene?

Sí, claro, somos animales racionales pero contradictorios.

26. En literatura, ¿el pasado y el porvenir han pasado ya o el hoy es siempre todavía?

Consúltese a Quevedo (Ah de la vida: “Ayer se fue; mañana no ha llegado;/ hoy se está yendo sin parar un punto:/ soy un fue, y un será, y un es cansado“).

27. Las memorias ¿cuentan lo que cuenta o lo que no cuenta?

Las memorias son falacias de desahogo para quien las escribe y de regocijo para quien las lee.

28. Quien sueña novela. ¿Cuántos sueños has podido novelar?

Solo uno. Me desperté, anoté lo soñado y a la mañana siguiente pude leer: «Tengo que escribirlo para que no se me olvide».

29. ¿Das por vivido todo lo soñado?

¡Qué más quisiera! … aquella polución con Claudia Cardinale.

30. ¿Vale algún exorcismo para la palabra infarto?

Consúltese la Cardiología de Oxford Press.

31. ¿Y para la palabra cáncer?

Consúltese la Farmacología de Joaquín del Río.

32. Dice José Manuel Caballero Bonald que “todos tenemos la misma edad: somos el tiempo que nos queda por vivir”. ¿En qué medida compartes esta afirmación del poeta?

Es cierta, todos somos inmortales hasta que nos llega la hora.

33. También afirma que “si el adjetivo no funciona, se acabó la fiesta… todo se reduce a prosa administrativa. ¿Estás de acuerdo?

Sí, si adjetivo es metonimia de algo más complejo.

34. Si en el principio fue el verbo, ¿qué fue lo siguiente?

La acción.

35. En la solapa de tu último libro se dice que eres autor de “una amplia y variada obra literaria, tanto por sus planteamientos temáticos como estilísticos”. ¿Los géneros literarios están para romperlos, para hacer que salten las costuras?

Los géneros literarios son una buena excusa didáctica, pero nada más.

36. Estuviste a punto de dedicarte a la investigación, pero lo dejaste para hacer literatura. Sin embargo, ¿no te parece que hay mucha literatura y de la buena en la manera que Fleming metió en una ampolla de penicilina la teoría microbiana de Pasteur?

Las dos culturas, la de la naturaleza y la del hombre, tienen un origen común: la creatividad, o sea, la curiosidad.

37. ¿O en la cápsula de benceno en la que encerró Kekulé toda la química orgánica?

El tercer sueño más importante de la historia, el hexágono del benceno, se le ocurrió a Kekulé mientras dormía.

38. Y, en realidad, ¿no hizo Einstein uno de los mejores poemas al granular el comprimido perfecto de e=mc2 como explicación del universo?

Consúltese la respuesta 36.

39. ¿O Darwin al formular los ingredientes de El origen de las especies?

Consúltese la respuesta 38, y añádase lo de «la lucha por la vida».

40. ¿Acaso no son la ciencia y el arte, incluida la literatura, aspectos complementarios de una única realidad, como lo son la materia y la energía?

Y como la luz, onda y partícula.

41. Siguiendo con la ciencia y el arte, ¿en dónde encuentras tú más poesía, en la Tabla Periódica de Mendeleiev o en el Principio de incertidumbre de Heisemberg?

Quizá en Mendeleiev, pero no sé, lo dudo.

43. ¿En la mecánica cuántica o en la newtoniana?

También pende de un hilo.

44. ¿En Wagner o en Beethoven?

Esto es confidencial: soy un wagneriano clandestino, aunque sin ningún ánimo de invadir Polonia.

45. ¿En John Ford o en Billy Wilder?

Soy más de otro cineasta, de Anthony Mann: «Dadme un hombre con un camino a recorrer y filmaré la película».

46. ¿En la Gran Vía o en las grandes avenidas de New York?

En la Gran Vía canalla de nuestras correrías juveniles.

47. ¿En la resurrección de Lázaro o en la de Jesús?

En la de Lázaro. La de Jesús va con su naturaleza, no se llevaría ninguna sorpresa.

48. ¿En la viagra o en el valium?

Cada cosa en su momento, aunque soy partidario del lema de mi abuelo boticario: «De lo de abajo nada».

49. ¿Es acaso lo más práctico una buena teoría?

En caso de naufragio sin duda alguna.

50. En el arte, en cualquiera de sus expresiones, ¿vale de algo que el entendimiento se adelante si el corazón se queda?

Puede, pero sería una apariencia cargada de una muy íntima y triste derrota.

51. Decía León Felipe que, en su caso, el escritor y el hombre dormían en la misma cama, comían de la misma cuchara. ¿Ocurre también en el tuyo?

Por supuesto, no consigo despegarme de mi sombra, ni siquiera ser más rápido que ella.

52. ¿En qué medida tus novelas dibujan tu biografía?

En fragmentos muy desperdigados, De unirlos, Dios no lo quiera, mucho me temo resultase un nuevo monstruo de Frankestein.

53. Siguiendo con León Felipe. Tras haber hecho y rehecho hasta cuatro variantes impresas de Drop a star, afirmaba que todavía no tenía su desarrollo definitivo. ¿Te sucede esto también a ti con tus obras?

No tanto, sólo empiezo a escribir después de habérmelo contado un millón (bueno, quizá menos) de veces en otras tantas variantes.

54. Haz el humor y no pilles perras. ¿Aconsejarías esta receta antes que un calimote de prozac?

«Haz el amor» es mi consejo, es el único instante en que vencemos o, al menos, nos vengamos de la muerte.

55. ¿Consideras que se está perdiendo el sentido del humor?

Por supuesto, no en vano el humor es la cualidad más sutil de la inteligencia sentiente.

56. Si el otoño siempre hiere, ¿busca tu corazón otro milagro de la primavera?

No creo en milagros, pero me ciño a la roca como una lapa.

57. ¿Hay menos cháchara de lo que se dice en las tertulias de rebotica o dan para una y mil noches?

Ya no hay tertulias de rebotica, ni de casi nada, y aunque las antiguas están muy sobrevaloradas ojalá siguieran existiendo.

58. ¿De-moler significa no moler, es decir, no utilizar las ruedas de molino con las que se hace la harina de cada día, y mucho menos tragar con ellas?

La demolición es el destino ineluctable del hombre y me repito, nada que hacer salvo el amor.

59. ¿Te ha autorizado ya Jesús Expósito la publicación de su autobiografía?

Contra pronóstico le ha gustado y me dice querer participar en la reedición para puntualizar no sé muy bien qué.

60. Por último, ¿te quedas con el epitafio del gaditano: “ná de ná” o con el teresiano: “tan alta vida espero, que muero porque no muero”?

No soy muy de epitafios. El que más me gusta es el de mi amigo el poeta Carlos Álvarez, muy dado a medicarse: «Sí, sí, hipocondríaco».