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La Fundación Dalí adquiere ‘Las ferias de Figueres’

Las ferias de Figueres (1922), obra que permanece en depósito en la Fundació Gala-Salvador Dalí desde el año 1992 y que se acaba de adquirir este año, se expondrá en la Sala de las Pescaderías del Teatro-Museo Dalí a partir del próximo lunes.

Ferias y festejos

Los festejos y paisajes de Cadaqués y Figueres son temas recurrentes en los primeros años de la década de los años veinte de Dalí. Las ferias fascinaron al joven artista que pudo vivirlas y verlas de muy cerca, desde su casa, del piso donde vivía y que se abría a la plaza de la Palmera, lugar donde acontecían.

Las ferias de Figueres tienen lugar en torno al 3 de mayo, cuando se celebra la festividad de la Santa Cruz. El tema no es casual en Dalí ya que inicia su carrera buscando la vida moderna a través de la elección de unos temas (la multitud, el ocio, la ciudad) que, al enfrentarse con ellos, le sirven de desencadenante para conseguir un nuevo lenguaje.

El uso de técnicas pictóricas como el temple o seguramente la aguada (como en el caso de la obra que ilustra otro de los programas de mano para las ferias de 1922) y la simplificación en la representación, le permite, a partir de los temas seleccionados, el descubrimiento de un lenguaje moderno.

Bazar viviente

Buen ejemplo de este hallazgo es esta pintura, donde la gente que se pasea por el entramado de la feria está representada por colores vivos y trazos esquemáticos propios de un cartel publicitario, un tipo de trabajo que, como hemos visto, llevaría a cabo en más de una ocasión.

Dalí, en estas obras, se muestra influido por las corrientes novecentistas catalanas y realiza una serie de estampas populares y festivas, utilizando el temple, hecho que recuerda a Xavier Nogués, o imitando la estructura y los colores de Joaquim Sunyer.

En el cuadro aparecen futbolistas, toreros, payasos, gitanos, gigantes, el mundo del circo, el tiovivo, las chicas jóvenes que aparecen con vestidos llamativos y se cubren con un abanico, los chicos que las persiguen, unos “señores” de Figueres arreglados para asistir a los espectáculos, etc.

En palabras del pintor, cuando recuerda las ferias desde Madrid: «Pero poco a poco toda la plaza es una gran bandera, hecha con muchas banderas pequeñas, ¡y he aquí que llega un día en que toda la plaza se convierte en una gran caja de música! Todos los balcones se han abierto para escucharla. La feria es un gran bazar-viviente».