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El misterioso salvador del mundo

Su comprador, como se reveló al poco de la venta, pertenecía también a la realeza, pero a la del petróleo: era el príncipe saudí Mohamed bin Salmán. Después poco más se supo. Una de las pinturas sobre las que más se ha escrito en los últimos años simplemente desapareció y no volvió a ser vista en público.

Quizás la sugerencia más cautivadora, planteada por primera vez por el coleccionista y escritor Kenny Schachter en junio de 2019, fue que el Salvator Mundi se encontraba en el Serene, un superyate de 134 metros de eslora y 500 millones de euros propiedad de Mohamed bin Salmán.

Serene. By Nick Wells (Ngw2009 at English Wikipedia) – Own work, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=52417631

Intrigado, este escritor rastreó el yate durante meses. Cuando partió de las cálidas aguas del Mediterráneo hacia el Mar del Norte y los Países Bajos en octubre de 2019 especularon que el Serene podría estar entregando la obra al Louvre para su exposición sobre Leonardo. El museo, incluso, publicó, vendió y luego acabo retirando un catálogo especial. Pero la pintura no apareció. Simplemente, el Serene pudo haber acudido a los Países Bajos, como muchos otros superyates, para su mantenimiento anual.

Otra hipótesis finalmente infundada fue que la pintura sería prestada al Louvre Abu Dabi [1], quien incluso anunció triunfalmente en Twitter en diciembre de 2017: «Esperamos mostrar el Salvator Mundi de Leonardo da Vinci». De nuevo, nunca apareció.

Hoy se sabe que la obra fue examinada por especialistas del Laboratorio de Conservación del Louvre en París en junio de 2018 y que, según su restauradora, Dianne Modestini, la pintura fue vista en un puerto franco suizo, cuando se le pidió a un experto que la inspeccionara. Pero poco más se ha sabido de la pieza y tampoco se ha mostrado públicamente.

Pero, entonces, ¿dónde está ahora? Martin Kemp, profesor emérito de Historia del Arte en la Universidad de Oxford y uno de los mayores expertos en Leonardo da Vinci, cree que “en Arabia Saudita… el país está construyendo una galería de arte que estará terminada en 2024”, según un informe reciente del Times. Otras fuentes afirman que se encuentra en el château francés del príncipe saudita, inspirado en Luis XIV y adquirido en 2015 por 300 millones de dólares, que incluye estancias tan destacables como una sala de meditación en un acuario.

¿Verdadero o falso?

A todo este misterio en torno a su paradero se le añade otro crucial: la autentificación de la propia obra. Desde su redescubrimiento antes de la venta de Christie’s, la duda sobre su autoría ha sobrevolado la pieza y recientemente se le ha dedicado un congreso en exclusiva: Leonardo da Vinci’s Salvator Mundi Revisited: Personal Style; Workshop Style; Global Brand (Leipzig, 13 – 15 octubre de 2022) [2].

No son pocos los investigadores que defienden que su ejecución se debe más al taller de Leonardo que a sus propias manos. Para el profesor Frank Zöllner, el estudio de la obra es una inmersión profunda en los diversos aspectos de la práctica del taller en el círculo de Leonardo, y un examen de cómo el «estilo personal» y el «estilo del taller» pueden distinguirse entre sí. Conceptualmente, dijo Zöllner, el Salvator Mundi ‘saudita’ es un Leonardo tanto como lo es la Virgen de las Rocas de Londres, que se pintó con una participación considerable del taller. Una conclusión importante, argumentó, es que tendremos que repensar nuestro concepto de autoría. Sin embargo, el mercado del arte está menos interesado en eso que en asentar un “estilo personal” o “marca” que asegure la transacción.

Por su parte, Pietro C. Marani, del Politécnico de Milán, quien había modificado su punto de vista desde 2011, afirmó que, si bien creía que Leonardo estuvo involucrado en su génesis, la pintura fue «realizada en gran parte por asistentes». Hay especialistas que se alejan de esa idea, como Carmen Bambach, del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, quien atribuye el trabajo en gran parte al talentoso alumno de Leonardo Giovanni Boltraffio, o el pintor parisino Jacques Franck, que afirma con firmeza que el cabello es «tan brutalmente informativo como las manos» al no parecerse en nada al estilo de Leonardo.

La historia continúa…

El pasado 28 de noviembre se subastó en Christie’s París una copia del Salvator Mundi [3]. Una copia tardía y considerablemente dañada que ha alcanzado un millón de euros (con tasas), frente a una estimación inicial de entre 10.000 y 15.000 euros. Sin duda un precio extraordinario para la obra de un artista desconocido.

El cuadro, de 63,2 cm por 51 cm y realizado sobre tabla de álamo, se describe como “Escuela italiana, [hacia] 1600, inspirado por Leonardo da Vinci” en las notas del catálogo de la casa de subastas. Si esta fecha es correcta, no hay forma de que la obra provenga del taller del artista, fallecido en Francia un siglo antes.

Parece ser que Christie’s no ha realizado ningún examen forense de los pigmentos de la obra antes de la subasta; se ha limitado a encargar un informe sobre su estado al restaurador independiente Bernard Depretz. En él indica que hay “numerosas pequeñas pérdidas en la vestidura roja de Cristo, en la barba, sobre la cabeza, en el fondo y en el globo terráqueo”. Un examen ultravioleta muestra, además, varios rastros de restauración, pero, según el informe, «como las partes importantes de la pintura no han sido alteradas, se puede considerar que está en muy buen estado de conservación». En el informe también se afirma que la obra ha pertenecido a una familia del sur de Francia, pero no se acompaña de ningún registro de procedencia más amplio.

Poco parecen importar todos estos motivos para la duda. Como asegura Pierre Etienne, “todo sobre Da Vinci desencadena las pasiones más salvajes”, recordando los 2,9 millones de euros logrados por una copia de la Mona Lisa del siglo XVII de Christie’s en una venta online en 2021. La obra perteneció a Raymond Hekking, coleccionista y marchante de arte que estuvo convencido hasta su muerte en 1977 de que era auténtica. No sería extraño que este nuevo avatar del Salvator Mundi también parezca auténtico a algunos. A saber qué sorpresas puede deparar aún este 2023.