La obra -un óleo de 18,5 x 17 cm- pertenece a un coleccionista privado holandés que quería comprobar su autoría. Los historiadores del arte sabían que un alumno del pintor había ejecutado una copia, pero faltaba el original. Ahora ya lo tienen, y no dudan del autor: el maestro del Siglo de Oro holandés. La prueba es un autorretrato inacabado del propio Rembrandt descubierto gracias a un scanner bajo el rostro del modelo. El feliz coleccionista privado que guarda el lienzo ahora identificado lo prestará en mayo a la Casa-Museo de Rembrandt (Rembrandthuis [1]), en Ámsterdam, para una exposición.
El lienzo fue escaneado en el Brookhaven National Laboratory de Nueva York y el ESRF de Grenoble, utilizando una técnica de macroescaneo denominada XRF ( X-Ray Fluorescence spectrometry [2]).
Ernst van de Wetering, especialista en Rembrandt y director del Proyecto Rembrandt, ha resaltado «las similitudes técnicas en el estilo con otros trabajos del pintor de la misma época» (al final de su etapa en Leiden, su ciudad natal).
