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Cosecha del 69: cruce de caminos

Antes de dar su último suspiro, la década prodigiosa se había convertido, para la música popular, en un intrincado cruce de caminos en el que algunos trataban de seguir avanzando mientras otros estaban ya de vuelta.

Sea como fuere, 1969 fue un año ciertamente provechoso, y dejó una formidable cosecha a la que, aprovechando tan redondo aniversario, las compañías discográficas correspondientes sacan brillo estos días navideños con flamantes reediciones.

Estos 10 son solo algunos de los muchos discos sobresalientes que se editaron en 1969:

The Beatles. Abbey Road.

Los Beatles dominaron el mundo todos y cada uno de los años durante los que se mantuvieron en activo y su disco de despedida (unos meses después se editaría Let It Be, que había sido grabado antes) no solamente no iba a ser una excepción, sino que, más bien al contrario, suponía un formidable canto del cisne para el cuarteto, conteniendo algunos de sus más célebres y sobresalientes títulos.

The Rolling Stones. Let It Bleed.

Mick Jagger y Keith Richards habían dejado de obsesionarse con los Beatles y, aunque la influencia de los de Liverpool les empujó a crear unas cuantas canciones maravillosas durante mediados de los sesenta, aquel desapego les sentó realmente bien. Muy en línea con su precedente Beggar´s Banquet (y también con el siguiente, Sticky Fingers), Let It Bleed resaltaba la personalidad de sus autores, con un regreso al blues desde una óptica resabiada e impregnada de cierta amargura.

The Kinks. Arthur-Or The Decline And Fall Of The British Empire

Eternos segundones de la escena británica de los sesenta, siempre a la sombra de los Beatles y los Rolling Stones, los Kinks seguía a la suya y, después del excelente The Kinks Are The Village Green Preservation Society, entregaban la que probablemente es su obra maestra, una apabullante colección de canciones espléndidas interpretadas por una banda en estado de gracia.

Neil Young. Everybody knows this is nowhere

Después de un primer disco en solitario pulcramente arreglado, Neil Young ficharía a los fabulosos Crazy Horse para su segunda entrega. Los resultados son inmediatos y frente a la contención previa, Young y su banda de caballos desbocados atacan con furia y sobredosis de decibelios un repertorio arrollador con especial protagonismo para los duelos de guitarra entre Danny Whitten y el propio Young.

Credence Clearwater Revival. Bayou country / Green River

No contentos con editar, pocos meses después de su debut, una formidable segunda entrega, Credence Clearwater Revival dejaron dos discos verdaderamente emblemáticos en el mismo año. Había mucho blues y rock and roll primigenio en ambos, pero la personalidad y el talento compositor de John Fogerty se hacía ya más que evidente en joyas como Proud Mary (de Bayou Country) o Bad Moon Rising (incluida en Green River), dos clásicos absolutos.

Flying Burrito Brothers. The Gilded Palace Of Sin.

No fue precisamente un éxito en su momento, pero el primer álbum de los Flying Burrito Brothers (banda encabezada por el delicado y atinado compositor, guitarrista y cantante Gram Parsons) sentó las bases para el desarrollo de un nuevo género: el country-rock. Además, está lleno de preciosas canciones, guitarras cristalinas y exquisitas armonías vocales.

The Who. Tommy

Hacía ya algún tiempo que los Who habían hecho sus mejores discos y habían perdido la espontaneidad, urgencia y genuina energía juvenil de sus mejores canciones. A cambio, Pete Townshend ofrecía con Tommy un álbum ambicioso, barroco y complejo, que sería considerado como la primera ópera rock de la historia. Además de una notable influencia para la escena del momento, fue el primer gran éxito comercial del grupo, alcanzando el número 2 de las listas británicas.

The Band. The Band

Si The Band contribuyeron de forma indiscutible a consolidar el sonido eléctrico de Bob Dylan, éste también ejerció una influencia decisiva en el quinteto canadiense, que salió de sus giras con el bardo totalmente transformado. Espoleados por la genialidad de Dylan, en The Band, su segundo álbum, muestran un deslumbrante talento compositor, además de una maestría absoluta como instrumentistas y vocalistas.

Elvis Presley. From Elvis In Memphis

Después de haber dedicado la práctica totalidad de la década de los sesenta a rodar absurdas películas de nulo interés artístico con bandas sonoras intrascendentes (en el mejor de los casos), Elvis regresaba a su ciudad natal para grabar un disco nuevamente imponente. A medio camino entre el soul y el blues, From Elvis In Memphis suponía un nuevo punto de partida para seguir sacando discos notables. Este, por cierto, es el que contenía In The Ghetto.

The Stooges. The Stooges

Unos cuantos años antes de la explosión del punk, los Stooges de Detroit (capital, entonces, del soul, con el sello Motown todavía en pleno esplendor) aparecieron para cambiar las reglas del juego por completo. Antecesores –por supuesto sin quererlo– de la generación del imperdible, firmaron un disco desconcertante pero enormemente intenso, crudo y salvaje.