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El Molinete de Cartagena, Premio Nacional de Restauración

El Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales se creó en el año 1994 y desde entonces se otorga anualmente por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, Archivos y Bibliotecas a las personas o instituciones que por sus obras o participación activa en el ámbito de la restauración y conservación, contribuyen al enriquecimiento del patrimonio cultural de España.

Carthago Nova y el Molinete

La ciudad de Carthago Nova, integrada en el Estado romano desde el año 209 a.C., recibió el rango de colonia en el año 54 a.C. Ello marcó el inicio de un intenso proceso de renovación urbana: se trazó una nueva red viaria y se proyectaron algunos de sus edificios públicos más importantes, como el foro o el teatro.

La colina del Molinete (arx Hasdrubalis) fue afectada por esas modificaciones. Entre el puerto y el foro se dispusieron manzanas que albergaron construcciones públicas y privadas: el foro con sus construcciones (de los que conocemos la curia) y un conjunto de edificaciones que hoy denominamos Barrio del Foro Romano. Una de las manzanas del barrio estaba formada por dos edificios pertenecientes a una corporación semipública: unas termas con un peristilo y el edificio del atrio dedicado a la celebración de banquetes religiosos.

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Termas, peristilo y Atrio

El complejo termal, construido en el siglo I d.C., estaba compuesto por una característica sucesión de espacios: el frigidarium o sala fría, también utilizado como vestuario (apodyterium), que preserva su suelo de mármol; los tepidaria o salas templadas, donde aún pueden verse sus sistemas de calefacción; la sauna; el caldarium o sala caliente, que se encontraba bajo la actual calle Honda; y los hornos localizados en el Decumano.

Un peristilo o plaza porticada daba acceso al complejo termal, además de servir como espacio de reunión o autorrepresentación para los miembros de la mencionada corporación. Su pavimento, en muy buen estado de conservación, fue construido con ladrillos dispuestos en espina de pez (opus spicatum). En este espacio fue hallado un cuerno de la abundancia o cornucopia en mármol de Luni-Carrara.

El Edificio del Atrio, construido a finales del siglo I a.C., pudo ser otro edificio de la corporación semipública. Pudo dedicarse a celebrar banquetes rituales en honor de dioses de origen oriental, quizás Isis o Serapis, que pudieron recibir culto en un santuario anexo.

Imponentes alzados

Estaba organizado en torno a un patio o atrio con cuatro columnas desde el cual se accedía a las cuatro amplias salas para banquetes (triclinia). Tabernas y estancias de servicio completaban el conjunto. Destacan sus decoraciones pictóricas y los imponentes alzados de sus muros, y columnas de más de cuatro metros de altura.

Tras el descubrimiento de los dos edificios se decidió protegerlos de las inclemencias de la meteorología con una cubierta quebrada, ofreciendo sombra al yacimiento y a los visitantes. Por otra parte, se sustenta sobre unos apoyos mínimos para conseguir la menor afectación sobre los restos. El resultado es una cubierta que parece flotar como si de una nube se tratase, de la cual pende una pasarela que permite la circulación y la visión del yacimiento desde una perspectiva superior. Esta pasarela, además, posibilita el acceso a las termas y al Edificio del Atrio, incluyendo en su recorrido los recursos interpretativos del espacio.

El Jurado

El jurado de este galardón ha estado presidido por el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Jesús Prieto, y ha estado compuesto por Idoia Camiruaga, arquitecta, designada por el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España; José Luis Merino, jefe del Departamento de Restauración del Museo de Bellas Artes de Bilbao, designado por el Grupo Español del Instituto para la Conservación de Obras Artísticas e Históricas, Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de 2011; Carmen Pérez García, directora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, designada por ICOMOS; Fernando Marías, catedrático de Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid, designado por la Real Academia de la Historia; Elisa de Cabo, subdirectora general de Protección del Patrimonio Histórico de la Secretaría de Estado de Cultura, designada por el Centro Internacional para el Estudio de la Preservación y Restauración de Bienes Culturales (ICCROM); Víctor Medina, decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada, designado por el Grupo Español del Instituto para la Conservación de Obras Artísticas e Históricas; y María de los Ángeles Querol, especialista en conservación y restauración de bienes culturales, designada por el Departamento de Prehistoria de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Ha actuado como secretario Alfonso Muñoz, subdirector General del Instituto del Patrimonio Cultural de España.