Mezcla con buen gusto
Desde su primer disco, Le Peuple de l’herbe apostaron por ser un grupo distinto en la escena francesa. Una escena, donde hay muy buenas bandas de hip-hop, de electrónica y de reggae. Sin embargo, no existía ninguna formación que hubiese sabido aglutinar todos esos estilos y darle un sentido y un sonido compacto y auténtico.
A pesar de ser franceses, la mayoría de sus canciones son en inglés, y la música que hacen bien podría estar firmada por una banda del extrarradio londinense. En la fórmula sonora de esta banda de Lyon, se mezcla la base electrónica y potente –el jungle, el drum n’ bass, el big beat- con el hip-hop ávido y veloz, casi de vieja escuela. También hay dub, raggamuffin (que desemboca en jungle) y algo de dancehall. Además, rock ocasional y alguna que otra influencia marciana.
A veces recuerdan a bandas como Asian Dub Foundation, quienes fueron artífices y del sonido del que ahora son embajadores Le Peuple de l’herbe. También hay similitudes con bandas como The Herbalizer y todo el legado de hip-hop-electronica del sello Ninja Tune.
Su mayor éxito llegó con su segundo disco P.H. Test/Two, fue entonces cuando dieron el salto al mercado internacional, y tras la gira de presentación, no dejaron a nadie indiferente. Consiguieron un montón de fans incondicionales que, desde entonces, no dejan de ir a los conciertos que da la banda ni de comprar sus discos. Después de aquello, llegó el exitoso Radio, Blood, Money y ahora acaban de sacar TILT. Un disco que sigue la misma línea que el anterior; impactante y con un puñado de muy buenas canciones.
El show
Comenzaron el concierto interpretando Heart & Soul una fantástica pieza instrumental llena de misterio que incluye un solo de trompeta, y que metió al público en un ambiente ideal para la que se les venía encima.
Después presentaron muchas de las nuevas canciones de TILT; cayeron Brick by brick, Back against the wall y Look up. De sus anteriores trabajos destacaron History goes, Judge Not, Adventure y los viejos temas de su segundo álbum.
Al ser varios los cantantes y tener tanto composiciones instrumentales como otras cantadas, el concierto se desarrolló al modo de las sound systems jamaicanas; rotaban y se pasaban el testigo (micrófono), entraban y salían del escenario, y mientras tanto, los músicos seguían haciendo su trabajo constantemente. La puesta en escena es igualmente poderosa y sólida, con un juego de luces milimetrado que encaja perfectamente en la idea de directo que tiene el grupo.
La formación de Le Peuple de l’herbe tiene una piedra angular, y esa es N’Zeng, el alma mater de la banda, pues toca la trompeta, teclados, se encarga de la programación de ritmos y también pone su voz en varias de las canciones. Al micrófono también está JC 001, que tiene un estilo único al rapear además de una gran versatilidad al poder reproducir distintas tonalidades con su voz. Además hace beatbox, y deleitó a los presentes con una sesión espectacular durante cinco minutos.
Sir Jean, es un senegalés que también canta y se encarga de darle un aire más jamaicano a las canciones en las que participa. Su voz es rotunda y grave y representa el cante reggae, de aquel que destila rabia y actitud a raudales. La formación se completa con un batería, un bajista y un dj.
No escape
Otra de las facetas en las que Le Peuple de l’herbe siempre han querido marcar una diferencia es en la creación de videoclips. Destacan entre su filmografía videos como Plastic people, P.H. Theme, The Fall o el reciente Look up, donde dan rienda suelta a su imaginación y a su creatividad audiovisual, desarrollando así otra faceta artística además de la musical.
Finalmente, interpretaron dos de sus mayores éxitos hasta la fecha; Plastic people y el frenético No escape, con el que el público enloqueció. Después se despidieron del público madrileño ovacionados y agradecidos. Fue algo más de hora y media de potencia, actitud y entrega.