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Las cabezas de Valdés ocupan Marlborough Barcelona

Las cabezas de Valdés se componen de dos piezas inseparables y complementarias. Encontramos, por una parte, lo que vendría a ser el cráneo, formado por una masa hermética y compacta que define el rostro y, por la otra, el tocado o cabellera, que se abre al espacio circundante. Los tocados varían indefinidamente formando estructuras aéreas, sutiles, dinámicas o macizas, con aristas, tubos, alambradas o órbitas. Suelen responder a muchas formas, tamaños y materiales, los hay más historiados con abanicos o mariposas o sencillamente formados por púas y filigranas. A veces los tocados se adhieren al cráneo, otras simplemente se encajan e incluso hay veces que el cráneo y el tocado se componen de un mismo bloque compacto.

Bronce, material elegido

En esta exposición, el bronce es el material elegido por el artista para individualizar sus cabezas, por su textura y porque le permitir dejar una impronta en el material. En su mayoría sin rostro, las obras sólo muestran unas finas líneas de expresión que dejan entrever los rasgos anatómicos esquematizados. La cabeza se convierte en objeto y el rostro enfrentado a la ausencia de rasgos expresivos impone una abrumadora presencia que emula las representaciones totémicas y ancestrales que se elevan como monumentos icónicos. Algunas de ellas de nueva creación o inéditas en Barcelona, son individualizadas únicamente a partir del tocado o el nombre.

En cuanto a las piezas que integran la muestra de obra gráfica, revelan la faceta más conocida del artista, consistente en el uso de la Historia del Arte como pretexto para reinterpretar a artistas de la talla de Matisse o Velázquez en base a una visión personal, conseguida a partir de la eliminación de todos los elementos anecdóticos para centrarse únicamente en las imágenes. Valdés hace uso del grabado al aguafuerte y resinas con collage ya que le permite dejar esa impronta personal tan característica en toda su obra. 


Larga carrera

Considerado uno de los artistas españoles en activo más importantes del panorama artístico, Valdés inició su carrera en los años sesenta como miembro fundador de Estampa Popular Valenciana (1964-1967). Más tarde, junto a Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo, creó el Equipo Crónica, con el que desarrolló una intensa actividad durante 17 años, hasta la muerte de Solbes, en 1981. A partir de entonces, Valdés ha continuado su trayectoria artística en solitario como pintor, escultor, grabador y cartelista, participando en numerosas exposiciones individuales y colectivas por todo el mundo.

Su obra está presente en colecciones como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), la Fundación Juan March (Madrid), el Institut Valencià d’Art Modern (Valencia), el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano (Valladolid), la Chase Manhattan Bank Foundation (Nueva York), el Metropolitan Museum of Art (Nueva York), el Centre National d’Art et de Culture Georges Pompidou (París) o el Kunstmuseum de Berlín.


Residente en Nueva York desde hace más de una década, Valdés se inspira en los grandes maestros de la historia del arte para sus creaciones y sus planteamientos estéticos, en los que la textura, la materia, la representación del cuerpo humano y la expresividad son palpables en su pintura, mientras que en sus trabajos escultóricos refleja una profunda reflexión sobre la materia y el espacio. 
En los últimos años ha realizado esculturas de gran formato para diferentes ciudades, como Madrid, Valencia y Biarritz.


Barcelona. Manolo Valdés. Marlborogh Barcelona [1].

Del 30 de septiembre al 9 de diciembre de 2010.