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Polonia deslumbra en Madrid

El propósito de esta exposición (organizada por Patrimonio Nacional, Acción Cultural Española –ACE– y la Fundación Banco Santander) es dar a conocer los logros artísticos y culturales de Polonia desde el reinado de Casimiro III el Grande (1310-1370) hasta la pérdida de la independencia en 1795, con especial atención a los siglos XVI y XVII, el período más brillante de la historia del país.

Para la comisaria de Polonia. Tesoros y colecciones artísticas, Beata Biedrońska Słota, «las obras que se han reunido para esta exposición guiarán a quienes la visiten en un recorrido por la historia de Polonia y, a la vez, pondrán de manifiesto la riqueza de su patrimonio artístico. El florecimiento del arte polaco en esa época fue posible por el apoyo de los monarcas y la generosidad de la nobleza, propietaria de enormes extensiones de tierra, sobre todo en lo que era entonces la periferia oriental del país. El continuo encargo de obras a los mejores talleres de Europa occidental es otro signo del esplendor artístico de esa época». 

Cercana en historia, lejana en conocimiento

La cultura polaca es en gran parte desconocida por el público español. Las vicisitudes históricas de esta nación, más concretamente el haber permanecido tras el «telón de acero» durante buena parte del siglo XX, hicieron que fuera percibida desde España como un país del este y, por tanto, ajeno a la órbita europea occidental.

Sin embargo, la historia de Polonia se entrecruza a lo largo de siglos con la de los grandes estados europeos. A lo largo de la Edad Moderna, sus territorios formaron parte del Imperio Austrohúngaro y de Alemania, y tuvieron fuertes vinculaciones con Suecia. Finalmente constituyeron un país independiente con una riquísima cultura y fuerte personalidad propia. Junto a esta tradición centroeuropea, cabe mencionar su situación geográfica, actuando como frontera frente a la influencia del Islam en los momentos críticos de la máxima expansión turca. Esta circunstancia, unida al fuerte sentimiento católico del país, produce interesantes similitudes con España y su papel histórico de contención del Islam y defensa del catolicismo a lo largo del siglo XVI.

Corona, nobleza e iglesia

La formación de las grandes colecciones de arte de Polonia obedece a tres líneas claves: la Corona, la nobleza y la Iglesia. Las colecciones reales se desarrollan durante los sucesivos reinados y dinastías producto no sólo del patronazgo real, sino también de botines de guerra (como el del Sitio de Viena, por ejemplo), de donaciones y regalos diplomáticos. Esto hace de Polonia un auténtico foro cultural de Europa Central a finales de la Edad Moderna.

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La nobleza, especialmente a lo largo del siglo XIX, adquirió piezas de incuestionable valor procedentes de distintos puntos de Europa

La nobleza, por su parte, especialmente a lo largo del siglo XIX, adquirió piezas de incuestionable valor procedentes de distintos puntos de Europa. Estos constituyen indiscutibles referentes de la cultura y del arte polacos

En tercer lugar está la Iglesia, estamento de gran poderío y predicamento en la sociedad polaca, que contribuye de manera decisiva a la formación de la identidad nacional y europea del país. Actualmente custodia obras de gran calidad, desde retablos a importantes colecciones de pintura, escultura, tapices u ornamentos religiosos. 

Polonia. Tesoros y Colecciones Artísticas, muestra realizada en colaboración con el Museo Nacional de Cracovia, se engloba dentro del doble proyecto por el que dicha ciudad acogerá de julio a septiembre Tesoros del Patrimonio Nacional de España, una muestra comisariada por Gabriel Moya Valgañón que incluirá un total de 104 obras.

 

Espectacular discurso expositivo

La exposición incluye aproximadamente 190 obras de un variado elenco de tipologías: pintura, escultura, mobiliario, tapices, artes decorativas y suntuarias, monedas y medallas, libros y documentos. Junto a su calidad estética y artística, destaca el valor didáctico de la exposición, ya que presta especial atención a aspectos históricos, geográficos y de la tradición de Polonia.

Sala I: La Edad Media

epitafio_de_sakranus_ca_1527_copiaEn el periodo tardomedieval, el desarrollo de las artes en Polonia se basó en el patrocinio de la floreciente y poderosa burguesía. La producción de retablos y de escultura de temática religiosa, en estilo gótico internacional, es de enorme calidad y belleza. Especial significado histórico tiene una pieza incluida en la sección de monedas, El denario de Bolesalw I, primer testimonio en el que aparece el nombre de Polonia (Poloniae). Algunas obras destacadas de esta sección son:

– San Estanislao Obispo, Patrono de Polonia, h. 1520.

– Epitafio de Sakranus, Cracovia, h. 1527.

– Epitafio de Sobek Melchior, Cracovia, 1542.

Tríptico con los Santos Bartolomé, Lorenzo y la Virgen entronizada, h. 1420.

– Virgen con el niño, h. 1380.

– Casulla y dos dalmáticas bordadas diseñadas por Lucas van Leyden, ca.1520.

Sala II: La época de la dinastía Jagellón (1386-1572)

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El arte del Renacimiento se introdujo relativamente pronto en Polonia gracias a la corte y a los numerosos viajes de artistas polacos a Italia. No obstante, el país no renunció a sus vínculos artísticos tradicionales que lo ligaban a Alemania. Uno de los ejemplos más exquisitos del patrocinio real artístico fue la colección de tapices realizados en Bruselas por orden del rey Segismundo II Augusto. Algunas obras destacadas de esta sección son:

– La Familia de los Jagellones, Taller de Lucas Cranach el Joven, h. 1556.

– Tapiz «El diluvio» de la serie La historia de Noé, Bruselas, posterior a 1567.

Sala III: Ciencia y Diplomacia

En el año 1364, el rey Casimiro el Grande obtuvo del Papa permiso para establecer en Cracovia, capital del reino, una universidad. La Academia de Cracovia, llamada ahora Universidad Jagellogiana, se funda en 1348 y es la segunda universidad de Europa Central (tras la de Praga). El 15 de marzo de 1595 se inauguró el primer centro universitario privado, la Academia Zamosc, que después de la ya mencionada Academia de Cracovia, es considerada la institución universitaria de más alto nivel de Polonia. Ya en el siglo XVI se fundan la Academia Lubranski en Poznan (1518) y la Academia Vilnius (1578).

Salas IV, V y VI: La época de la dinastía Vasa (1587-1668) y Pompa Funebris

Durante el siglo XVII, Polonia recibe un fuerte influjo del arte oriental que tiene un impacto muy notable en el arte y, más concretamente, en las artes decorativas. En este contexto se desarrollan también una serie de ritos funerarios característicos de la cultura polaca, que dan lugar a interesantes objetos artísticos.

AUGURIO_ESCUDO_DE_JUAN_III_SOBIESKI_copiaSalas VII y VIII: Juan III Sobieski y la victoria de Viena (1683)

El rey Juan III Sobieski volvió triunfante de la batalla contra el ejército turco en el Sitio de Viena. Esta victoria, junto a la profunda creencia en la intervención de la Virgen en el acontecimiento, da lugar a numerosas ofrendas (incluidos botines) donadas por el rey a diversas iglesias.

– Rodela de Juan III Sobieski, segunda mitad del s. XVI.

Sala IX: La época de los reyes sajones (1709-1763)

Tras la muerte de Juan III Sobieski en el año 1679 se elevan al trono los príncipes sajones Augusto II el Fuerte (1697-1733) y Augusto III (1733-1763). El cambio de dinastía se refleja también en el gusto, por lo que el arte polaco de este periodo muestra claras influencias francesas y alemanas. Surge entonces, como muestra de independencia espiritual de la nobleza polaca y expresión nacional la indumentaria típica polaca denominada kontusz.

– Escritorio de relieves de la Biblia. 1648.

Bandeja y Jarro de oro, primera mitad s. XVII.

Sala X: La época de Estanislao II Augusto Poniatowski. (1764-1795)

retrato_de_estanislao_augusto_poniatowski_con_indumentaria_de_coronacionEl rey Estanislao Augusto Poniatowski fue, sin duda, un distinguido coleccionista. Su interés iba más allá de las artes, extendiéndose a la literatura y a las ciencias. La colección real adquirió entonces una notable importancia en calidad y cantidad, a la que no es ajena la presencia del pintor italiano Marcello Bacciarelli, asesor de dicha colección.

– Retrato de Estanislao Augusto Poniatowski con indumentaria de coronación. Marceli Bacciarelli. h. 1790.

– Retrato de Isabel Czartoryska. Aleksander Roslin, 1774.

Sala XI. Pintura occidental en las colecciones polacas del siglo XIX

A finales del siglo XVIII y principios del XIX, las casas señoriales polacas desarrollan una importante labor de coleccionismo, especialmente en el campo de la pintura. Los ejemplos más conocidos son la colección Raczynski, la de los príncipes Czartoryski, la ya mencionada de Estanislao Augusto Poniatowski, la colección Lubomirski y la de Lanckoronski. Estos amantes del arte se hacen con obras verdaderamente paradigmáticas, que acabarán integrándose en los museos polacos, donde actualmente se conservan. Algunos ejemplos destacados de esta sala:

La dama del armiño, Leonardo da Vinci, hacia 1490.

– La niña en el marco, Rembrandt, 1641.

Madrid. Polonia. Tesoros y colecciones artísticas. Palacio Real [1].

Del 3 de junio al 4 de septiembre de 2011.

Comisaria: Beata Biedronska Slota.