Se trata de la primera vez que se realiza un estudio exhaustivo de estas características que indaga en cómo los fotógrafos de distintas épocas y por motivos diversos se han acercado a este universo, desde los viajeros del siglo XIX, buscando las esencias exóticas del sur y retratando a las pequeñas comunidades gitanas en Andalucía, hasta los más sofisticados fotógrafos de moda contemporánea. La seducción del mundo del cante, el baile y la música flamenca despiertan gran curiosidad a la cámara fotográfica. En unos casos la relación ha sido casi accidental, en otros un estudio profundo de su idiosincrasia.
Testimonio de una tradición
Prohibido el cante, una indicación que se podía leer muchas veces en las tabernas populares durante el franquismo, propone un recorrido por la historia de la fotografía que ha retratado el flamenco a través de aproximadamente 200 fotografías de 70 autores internacionales. Incluye tanto a los grandes maestros del género como a quienes ocasionalmente han viajado a este mundo. Desde Laurent hasta Pierre Gonnord, la historia de la fotografía da cuenta de la evolución estética, antropológica, económica y social del flamenco.
En algunos casos, como en la fotografía de Ortiz Echagüe, Pierre Verger o Robert Capa, el flamenco como expresión cultural es un género extraño dentro de su amplia producción, y es la singularidad de su visión lo que suscita especial interés. Otros casos, como la fotografía de Carlos Saura, Colita, Gilles Larrain, Isabel Muñoz o Paco Sánchez, son fruto de una larga y meditada inmersión en el género del flamenco.
Sevilla. Prohibido el cante. Flamenco y fotografía. CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo) [1].
Hasta el 30 de agosto de 2009.