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La sombra del minotauro

No salgas a la calle sin haber reconocido previamente el terreno, no sueltes la empuñadura mientras lo compruebas (las empuñaduras son tus aliadas, como los cerrojos y las dobles vueltas de llave), comienza a caminar con paso firme (la lentitud no te conviene), una ojeada hacia atrás cada diez pasos sería muy recomendable, las espaldas las carga el diablo, mejor pecar por exceso, lleva el móvil preparado (los móviles juegan en tu bando), nunca se sabe, colócate en el centro del andén (así le llevaras una buena ventaja hacia la salida si aparece por sorpresa), mira alternativamente a izquierda y derecha, como si estuvieras viendo un partido de tenis (a él no le gustaba el tenis, solo el fútbol), pero hazlo sin llamar la atención, podrías levantar sospechas, crear un vacío a tu alrededor, dejarte expuesta a la mirada oblicua del minotauro.

Elige siempre el vagón central, quédate apostada junto a la puerta, examina atentamente a los pasajeros que esperan al entrar en la estación, pero hazlo semioculta, parapetada tras algún viajero corpulento, no te olvides de controlar los vagones adyacentes, toma posiciones antes de llegar a tu destino, como un atleta atento a la señal de salida, baja solo si tienes la completa seguridad de que él no se halla en el andén, cerciórate de que el trayecto hasta tu oficina está despejado, conserva el móvil (es tu aliado), saluda al portero (te interesa tenerlo de tu parte), sonríe ceremoniosamente antes de tomar asiento en tu silla de trabajo y, ahora sí, relájate, no osará profanar tu santuario, demasiados testigos, demasiados obstáculos, el portero (te interesa tenerlo de tu lado), las cámaras de vigilancia, tus propios compañeros.

Para la vuelta, mejor toma un taxi, la noche y las sombras son tus rivales, favorecen sus maniobras, si el taxista es un tipo cordial, pídele que espere hasta que hayas alcanzado el portal, seguramente no le importará, y cuando salgas del vehículo, hazlo con paso presuroso (la lentitud no te conviene), lleva la llave preparada, conserva el móvil (es tu aliado), abre sin parsimonia, llama el ascensor pero aléjate de él antes de que se abra, nunca se sabe, guarda una distancia prudencial, recorre en el menor tiempo posible la distancia hasta tu puerta de entrada y no olvides la doble vuelta al cerrar (las dobles vueltas marcan las fronteras de tu territorio) .

No pongas la radio, evita escuchar las noticias (son desalentadoras), saber que las estadísticas siguen engordando, como un siniestro comensal pantagruélico, no te hará ningún bien, mejor una comedia, Woody Allen, Peter Sellers, los hermanos Coen, Billy Wilder, Ernst Lubitsch, Berlanga, cualquiera de ellos antes que saber que hoy se han producido dos nuevas víctimas, en ambos casos el asesino luego ha intentado suicidarse, con escasa pericia, por lo que se ve, son mucho más diestros en segar vidas ajenas que las suyas propias, aquí el orden de los factores sí alteraría el producto, el saldo vital, cuando suene el teléfono comprueba antes desde qué número te llaman, no lo cojas si es un número desconocido, no importa que hayas cambiado el tuyo, son tantos los amigos comunes, comprueba que puertas y ventanas (son las fronteras de tu territorio) están bien cerradas antes de irte a dormir y piensa que todo va bien, todo va bien.

Ya en la cama, no le des cuerda al reloj que pone en marcha los recuerdos, clausura la memoria (la memoria con el tiempo se vuelve fría como el mármol) bajo siete llaves, no edulcores la etapa anterior a los golpes y las amenazas, él ya era así, recuerda, solo había que esperar a que fuesen cayendo las hojas del calendario que ocultaban su piel coriácea, las máscaras de la danza macabra, su lengua bífida, la pertinaz manera con que te disminuía, la queja por bandera, el insulto como costumbre, el desprecio cotidiano que hacía que te afanases en vano por complacerle, siempre obsequiosa, haciendo tuyo su credo, asumiendo que sus razones tendría para su gesto agrio, su rostro iracundo, su mano amenazante, sus juicios sumarísimos, él ya era así, recuerda, aunque tú aún te dejaras arrullar por una melodía que solo existía en tu imaginación, aferrándote a cualquier clavo ardiendo, alguna invitación esporádica, alguna sonrisa, la fogosidad con que te hacía el amor, los patéticos actos de contrición tras cada agresión.

Intentas repoblar tus insomnios con pensamientos amables, piensas en la próxima salida con tus amigas, la última fiesta de cumpleaños, el viaje inminente a cualquier destino que permita poner tierra y mar de por medio, marcar distancias, liberarte temporalmente de la necesidad de echar vistazos por las mirillas antes de salir, abrir despacio las puertas (las bisagras ya no conspiran contra ti), hacer todo el ruido del mundo al caminar, ponerte tus mejores zapatos de tacón sin miedo a que te delaten, coger el ascensor o bajar por las escaleras indistintamente, salir a la calle abriendo el portal de par en par, caminar a tu aire, mirando al frente, desconectar el móvil, montar en el vagón que quieras, sentarte plácidamente en una terraza, enfrascarte en la lectura de un periódico, ver desfilar delante de ti una multitud amable y desarmada.

Aprender a disolver las sombras, a aventar los recuerdos, a deshabitar los agujeros negros de la memoria, a apagar los ecos, claro, pero también a recobrar el brillo de la mirada, la luminosidad de la sonrisa, no volver a ser nunca más la mitad de nada, ningún cítrico partido, ser al fin la dueña de tus deseos.

Más sobre el III Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz

El acto de entrega del II Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz congregó a alrededor de 250 personas. Foto: Rodrigo Valero.
Acto de entrega del II Premio Internacional de Cuentos Breves ‘Maestro Francisco González Ruiz’. Foto: Rodrigo Valero.

hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, convoca la tercera edición del Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz, que incluye un primer galardón dotado con 3.000 euros y un segundo reconocimiento dotado con 1.000 euros. Además se establecen dos accésits honoríficos.

Los trabajos, de tema libre, deben estar escritos en lengua española, ser originales e inéditos, y tener una extensión mínima de 250 palabras y máxima de 1.500 palabras. Podrán concurrir todos los autores, profesionales o aficionados a la escritura que lo deseen, cualquiera que sea su nacionalidad y lugar de residencia. Cada concursante podrá presentar al certamen un máximo de dos obras.

El premio constará de una fase previa y una final. Durante la previa, cada semana el Comité de Lectura seleccionará uno o más relatos que, a juicio de sus miembros, merezca pasar a la fase final entre todos los enviados hasta esa fecha. Los relatos seleccionados se irán publicando periódicamente en hoyesarte.com. Durante la fase final, el jurado elegirá de entre las obras seleccionadas y publicadas en la fase previa cuáles son las merecedoras del primer y segundo premio y de los dos accésits.

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Fechas clave

Apertura de admisión de originales: 10 de enero de 2022

Cierre: 24 de junio de 2022

Fallo: 10 de octubre de 2022

Acto de entrega: Último trimestre de 2022