La presentación incluye muchas de las obras más destacadas de la Colección, en una serie de ámbitos dedicados a las etapas cultural y socialmente más significativas del siglo XX y principios del XXI. Comisariada por el equipo del MACBA, pone énfasis en las presentaciones y experiencias cambiantes del arte a lo largo de las nueve décadas que conforman este ‘siglo breve’.

Manteniendo el formato de presentación cronológica, Un siglo breve: Colección MACBA se desplegará de modo cambiante a lo largo del tiempo con la idea de profundizar las visiones sobre su propio fondo. Una lectura abierta que permitirá articular variaciones sobre la selección de obras con la voluntad de ampliar el contenido del itinerario cronológico e intensificar su acento didáctico.

El recorrido se inicia con varias serigrafías de Anni Albers correspondientes a su etapa en la Bauahus, junto a importantes obras de Alexander Calder y Joaquín Torres-García. A lo largo de las décadas sucesivas que pautan el itinerario encontramos obras de Eugènia Balcells, Jean-Michel Basquiat, Christian Boltanski, Esther Ferrer, Gego, Eulàlia Grau, Guerrilla Girls, Hans Haacke, Jenny Holzer, Sanja Iveković, Miralda, Joan Miró, Juan Muñoz, The Otolith Group, Raymond Pettibon, Benet Rossell y Joan Rabascall, Martha Rosler, Jorge Oteiza, Antoni Tàpies y Werker Collective, entre otros.

El núcleo de este itinerario es una sala centrada en las protestas y el contexto político de 1968, con motivo del 50 aniversario de aquellos acontecimientos, y en 1975, año de la muerte de Franco. La lectura del «siglo breve» concluye con la serie Methane for All de Allan Sekula –unas series fotográficas realizadas en Barcelona de crítica al capitalismo avanzado–, Mar negro de Carlos Aires –realizada con fragmentos de madera de embarcaciones abandonadas y pateras del Mediterráneo–, junto con la película Hydra Decapita de The Otholit Group a modo de epílogo.

Ámbito 1

Alexander Calder. Sense títol. 1931. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA.

Alexander Calder. Sense títol. 1931. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA.

Las primeras décadas del siglo XX fueron testigo de una ruptura con las formas de arte establecidas y de una profunda transformación en el campo de la reflexión estética. La idea de una vanguardia artística, sumada a valores como lo nuevo y lo original, condujeron a una experimentación radical con materiales y formas. Entre las principales tendencias de la vanguardia destacaban las que intentaban construir lenguajes artísticos de lo universal y lo utópico a partir del enfoque analítico de las formas.

En este contexto de tensión entre tradición y radicalismo, tuvo lugar en Barcelona la Exposición de 1929, acontecimiento que supuso una importante transformación urbana en la ciudad. Su celebración respondía al deseo de conectar con nuevos desarrollos técnicos y con los lenguajes artísticos y arquitectónicos más avanzados de la vanguardia internacional. Además de mostrar al mundo el potente desarrollo industrial de la ciudad, la Exposición afianzaría Barcelona como capital turística.

Ámbito 2

La Guerra Civil fue también una guerra de imágenes. Artistas y cineastas se implicaron, a través de sus respectivos medios de expresión, en la difusión de las distintas ideologías políticas en juego. En el territorio leal a la República tuvo especial relevancia el diseño de carteles. En ellos se utilizaron los lenguajes visuales y tipográficos más avanzados de la vanguardia internacional para comunicar mensajes con claridad a un público de masas.

En el ámbito cinematográfico fue fundamental la aportación realizada por el movimiento anarquista a través del Sindicato Unificado de Espectáculos Públicos de la CNT, con la producción de películas que trataban temas como las colectivizaciones revolucionarias en la agricultura o el papel de las milicias populares en la resistencia antifascista. La implicación de los artistas en el Pabellón de la República en la Exposición Internacional de París de 1937 es un ejemplo del uso del arte para internacionalizar el conflicto y conseguir apoyos a la causa.

Ámbitos 3 y 4

Durante los años que siguieron a la Guerra Civil y tras el fin de la Segunda Guerra Mundial los artistas exploraron formas divergentes de abstracción. Articuladas a menudo como una confrontación entre la abstracción geométrica y el arte concreto, por una parte, y una abstracción que exploraba la materia y la estética informalista, por otra, estas dos tendencias principales experimentaron también distintos grados de proximidad.

Pese a que algunas vertientes posteriores de arte concreto siguieron la senda de la abstracción utópica abierta por la vanguardia internacional, empezaron a surgir en la práctica artística elementos de organicidad, biomorfismo y gesto. De modo similar pueden detectarse ejemplos de formas geométricas en la abstracción más material.

Ambas tendencias, asociadas a un resurgimiento de la burguesía y al mismo tiempo como oposición a la misma, pueden entenderse como un medio para abordar la creación artística tras la traumática experiencia de la guerra y la violencia. No se trataba, necesariamente, de un modo de soslayar las consecuencias del conflicto, sino de herramientas para examinar, aunque fuese indirectamente, la naturaleza de la humanidad.

Colección MACBA. Bajo la superficie. Foto: Miquel Coll.

Colección MACBA. Bajo la superficie. Foto: Miquel Coll.

Ámbito 5

En los años sesenta el arte se impregnó de imágenes de la publicidad y de los medios de comunicación. Los artistas empezaron a experimentar con esos nuevos lenguajes visuales, a menudo utilizándolos para abordar cuestiones políticas candentes y como una vía muy efectiva para reclamar libertad de expresión.

Las revueltas de mayo de 1968 en varias partes del mundo, el proceso de descolonización, así como los movimientos a favor de los derechos civiles, feministas y pacifistas, convergieron en una época de cambio turbulento y lucha contracultural en el seno de una sociedad que se transformaba y se enfrentaba a sus contradicciones.

En el caso de España, la realidad social y política estaba definida por la dictadura franquista (1939-1975) y por una sociedad conservadora fuertemente marcada por el catolicismo. Este contexto gris suscitó prácticas artísticas que abarcaban desde la denuncia hasta la ironía ‒un recurso para burlar la censura. A través de su obra, los artistas configuraron una iconografía crítica, en ocasiones remitiendo a la estética del cómic, que coexistía con los espacios alternativos de la psicodelia.

Ámbito 6

A finales de los sesenta, los artistas desarrollaron nuevas estrategias para abordar el tema de la ciudad. Lo utilizaron para elaborar un discurso que revelaba el carácter conflictivo de la planificación urbana y el empobrecimiento de la oferta de espacio público destinado a sus habitantes.

Desde 1970 Nueva York se convirtió en el ejemplo paradigmático de morfología arquitectónica y urbana, que demostraba cómo los cambios en el tejido de la ciudad alteraban su distribución social. A la degradación de las áreas urbanas siguieron las inversiones inmobiliarias a gran escala y los procesos de gentrificación que comportan. Así, los edificios abandonados, la especulación inmobiliaria, la imposibilidad del espacio público y la existencia de los sintecho se convirtieron en la materia prima y el tema por excelencia de la crítica artística comprometida socialmente. Las obras de arte socavaban el discurso oficial del nuevo urbanismo y su concepción de la ciudad, supuestamente aséptica y ajena al conflicto.

Ámbitos 7 y 8

Eugènia Balcells. Boy Meets Girl. 1978. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA

Eugènia Balcells. Boy Meets Girl. 1978. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA

A finales de los años sesenta y durante los setenta se produjo la eclosión de una nueva era de feminismo radical y activismo feminista, en un marco más amplio de contracultura o movimientos antisistema, que adoptó distintas formas por todo el mundo. Esta lucha feminista se encuentra en la base de la obra de multitud de mujeres artistas, o incluso en un contexto social determinado. Muchas de ellas recurrieron a la cosificación de la mujer en el arte más convencional y en los medios de comunicación, así como a la creación y difusión de estereotipos femeninos por parte de la publicidad, para denunciar el rol subalterno de la mujer en la sociedad.

De modo similar, a menudo utilizaron el cuerpo (a través de la sexualidad, la maternidad y el atractivo físico), el espacio (como el ámbito doméstico), el lenguaje, los objetos, atributos y colores asociados con la feminidad o considerados «femeninos» exacerbando sus connotaciones peyorativas, un recurso deliberadamente irónico para deconstruir y dinamitar esas asociaciones. Algunas artistas fueron más lejos y criticaron estereotipos de género más amplios.

Ámbito 9

Juan Muñoz. The Nature of Visual Illusion. 1994-1997. Dimensions variables. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA. Dipòsit particular.

Juan Muñoz. The Nature of Visual Illusion. 1994-1997. Dimensions variables. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA. Dipòsit particular.

Arte y activismo estrecharon su relación en los ochenta. Los artistas crearon obras radicalmente vinculadas a la calle o a cualquier dominio fuera del estudio, expresándose a través del grafiti, el cómic o la pegada de carteles sin permiso. En paralelo al avance del feminismo, el antirracismo, los derechos de gais y lesbianas y las políticas de la identidad, se desarrollaron formas artísticas y de activismo que abordaban cuestiones concretas como la crisis del sida. Otros aspectos que fueron blanco de las críticas del arte activista fueron la expansión del neoliberalismo, las políticas económicas de libre mercado y las intervenciones neocoloniales.

La cultura popular y el culto a las celebridades también ejerció una enorme fascinación sobre los artistas, impactados por la creación de nuevos formatos como el videoclip y la cadena MTV, así como por la producción de fanzines, un medio de expresión informal asociado a las subculturas que permitía cortocircuitar la cultura del establishment. El arte, junto con la moda y el diseño gráfico, pasó a estar dominado por nuevos colores sintéticos, intensos y fluorescentes.

Ámbito 10

Juan Muñoz. The Nature of Visual Illusion. 1994-1997. Dimensions variables. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA. Dipòsit particular.

Juan Muñoz. The Nature of Visual Illusion. 1994-1997. Dimensions variables. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA. Dipòsit particular.

Mientras las políticas de la identidad seguían influyendo en el arte ya entrados los noventa, cuando todavía se negociaba el legado del minimalismo y su tendencia a soslayar lo personal, los artistas empezaron a trabajar con escenografías e instalaciones a gran escala de un modo que, pese a sus referencias al minimalismo, exploraba temáticas de profundo contenido personal o político. Las alusiones al cuerpo a menudo se expresaban a través de su ausencia, o a través de atrezo, prótesis y accesorios utilizados para modificarlo, o mediante muebles u otros objetos que podían reemplazar el cuerpo o partes de él.

Bajo esas prácticas latía una nueva conciencia de la historia al aproximarse el fin de siglo y de milenio. Se trataba de un sentimiento marcado por la conciencia de la violencia que había dominado la historia del siglo XX, intensificado tras la caída del muro de Berlín en 1989 y el inicio de la era poscomunista y, del mismo modo, un tiempo marcado por los debates en torno al poscolonialismo.

Ámbito 11

El arte más reciente se ha centrado en la crítica de las relaciones económicas regidas por el neoliberalismo y la globalización y, simultáneamente, ha examinado las relaciones humanas dominadas por la geopolítica y las desigualdades en la distribución del poder. En nuestra economía transnacional, el mar abierto constituye un espacio económico para la movilidad de mercancías, pero es también un espacio en disputa en el que se desarrolla un tenso debate social y político. Si las mercancías viajan libremente en barcos de carga, las personas ven restringida su movilidad aun siendo víctimas de persecución y violencia. Se perfila un rígido contraste lingüístico y conceptual entre los que son considerados migrantes económicos y los refugiados.

Los artistas se han centrado en la economía marítima tomando como ejemplo el transporte del gas natural; han puesto en evidencia la crisis migratoria a través de restos de embarcaciones utilizadas por migrantes y que se han remodelado en forma de pavimento de parqué; o han denunciado la interrelación entre capitalismo, trabajo y política a través de las leyendas que acompañan los fotorreportajes sobre los movimientos internacionales de resistencia contra las políticas económicas injustas, el abuso de poder y la represión política.

Torre

The Otolith Group. Hydra Decapita. 2010. Vídeo monocanal, color, so, 31 min 41 s. Edició de 5 + P.A. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA.

The Otolith Group. Hydra Decapita. 2010. Vídeo monocanal, color, so, 31 min 41 s. Edició de 5 + P.A. Col·lecció MACBA. Fundació MACBA.

Hydra Decapita evoca el mundo subacuático imaginado por el dúo de música electrónica de Detroit Drexciya. Se trata de un mundo habitado por los descendientes de los africanos arrojados al mar desde los barcos de esclavos, como el Zong, durante la travesía del Atlántico o el «pasaje intermedio» en 1781. Esa atrocidad se llevaba a cabo con el objetivo de cobrar el seguro por la «carga» perdida en alta mar.

El reducido lenguaje visual de la película, que se centra en el océano y se acompaña de música electrónica contemplativa y de voces, entreteje varias referencias históricas: el Zong; la pintura de J.M.W. Turner titulada The Slave Ship (1849), que alude al terrible acontecimiento; y el análisis del crítico John Ruskin de esa pintura. Utilizando el tráfico de esclavos como alegoría, Hydra Decapita combina mito e historia para examinar las intricadas relaciones entre poder, muerte, globalización, abstracción y el sistema de capital financiero contemporáneo.