En esta exposición queda patente el impulso del videoarte en el escenario cultural español como tendencia artística paralela a la consolidación y universalización de los medios de comunicación de masas. Los videoartistas utilizan los medios electrónicos con un fin artístico, que no debe confundirse con la televisión o el cine experimental, pues establece una dinámica estética conceptual a través de la narración visual o audiovisual. 

Su vocación interdisciplinar les permite sumar valores de la pintura, la escultura, la performance, el cine y otros métodos artísticos para buscar su propia plasticidad del movimiento, y su propio lenguaje simbólico. El Centro de Arte Complutense ofrecerá en su exposición una selección de cinco videoartistas con un reconocido prestigio en su recorrido creativo que plasmarán un mapa visual de la realización del videoarte en el escenario artístico español.

Cinco artistas

Javier Codesal enfoca su mirada hacia el hombre, su identidad y la experiencia a través de la  memoria. Mira Bernabeu, a través de sus retratos grupales, realiza un estudio visual del individuo y las relaciones con los otros. Alex Francés busca el cuerpo en su doble vertiente de envoltura externa y sustancia interna. Paloma Navarro trata las cuestiones físicas y espirituales de la condición humana. Daniel García Andújar se revela como activista reflexionando sobre la violencia, la guerra, el consumismo, el ocio o las grandes corporaciones.

La exposición, que se prolongará hasta abril, contará con unas jornadas complementarias de análisis y reflexión sobre videoarte, con ponencias de los propios artistas: Alex Francés (18 de febrero), Mira Bernabeu (25 de febrero), Daniel García Andújar (4 de marzo) y Javier Codesal (25 de marzo).

 

ViDEOARTE HOY, por Manuel A. Junco

El vídeo de hace medio siglo era algo en principio nacido para la televisión, con unas imágenes de baja calidad (o resolución, como ahora se dice), en blanco y negro, aunque ideal para grabar, reutilizar y ser reproducido con unos costes reducidos. Ay, pero el arte siempre aparece, la seducción de probar el juego con las formas, la intuición que anima a intentar algo diferente, a buscar atajos con los que llegar a los demás.

Así, rápidamente llegó alguien y se puso a hacer con este medio cosas bizarras ante la indignación o, peor aún, ante la indiferencia de los demás. Claro, que ya antes, desde principios del siglo XX, había una trayectoria de artistas inquietos que cuestionaban los medios clásicos y se dedicaban a decir “esto es arte” de las cosas más impensables, incluyendo, sí, en efecto, un urinario.

Tenían razones poderosas, como negar que el arte habitara en el objeto y señalar que vivía en el concepto, en la idea. Este nuevo espejo que ponía en remojo a las esencias de lo considerado artístico, conducía por un lado a esa frivolización del tema que culminó en el Pop Art (pongamos, por ejemplo, un vulgar bote de tomate en un serio lienzo). Por otro lado, se dirigía a algo más constructivo y también extraño, es decir, a la aparición en escena del teóricamente arte sin soporte: el Arte Conceptual. Aunque pronto éste encontró a su vez, el “no-soporte” que necesitaba: el vídeo.

Hoy, las características aparentes del videoarte poco tienen que ver con las iniciales. La baja calidad o el blanco y negro se mantienen a veces para dar un toque de distinción respecto al cine, pero ahora el color y la alta resolución son habituales (Bill Viola, el neorenacentista gurú es una deslumbrante muestra). La grabación referencial del exterior (las antaño típicas performances documentadas) son menos numerosas, porque el vídeo vuela con su propia dinámica interna (hasta la videoinstalación, o sea, el vídeo como nuevo espacio en sí, la experiencia vital de asistir a una proyección grabada). Mantiene, al menos aparentemente, una exhibición elitista y cuidadosamente alejada de los fenómenos de masas. Sin embargo, su clara seña de identidad sigue siendo el concepto.

El proyecto que presentamos, propuesto por el estupendo Museo de la Universidad de Alicante, en colaboración con el Ministerio de Cultura, despliega ante nuestros ojos y oídos una panorámica de este extraordinario territorio -ya no tan nuevo, cómo pasa el tiempo- que el arte, tan elegante y sofisticado, ha ganado para una tecnología que hoy es todavía más doméstica y cercana, ahora enlazada electrónicamente, sí, enlazada electrónicamente con… ¡cielos, hoy está todo enlazado electrónicamente!  

 

Madrid. Videoarte hecho en España. Centro de Arte Complutense (c arte c).

Del 12 de febrero al 4 de abril de 2010.