Cargados de ilusiones, Grace y Jackson, una pareja joven y enamorada, se muda de Nueva York a una casa heredada y semiabandonada en el campo. Ella es una escritora que busca una nueva vida alejada del ajetreo de la gran ciudad. Con objetivos similares, él —que la ama profunda e incondicionalmente— la sigue.
Grace intenta encontrar su identidad tras el nacimiento de un bebé que trastoca el equilibrio emocional de la pareja en ese entorno aislado que no siempre se muestra como el lugar idílico que buscaban. Al redescubrirse a sí misma tras un periodo de abatimiento en el que lucha con todas sus fuerzas para no caer en la depresión posparto, lejos de sumirse en la debilidad, utiliza la imaginación, la fortaleza y una impresionante e indómita vitalidad para salir adelante.
A través de un guion basado en la novela Mátame, amor (Anagrama), de la escritora argentina Ariana Harwicz, escrito por la propia Ramsay en colaboración con Enda Walsh y Alice Birch, la realizadora demuestra su querencia por llevar a la pantalla —y lograrlo con sensibilidad, buen pulso e impactantes secuencias— personajes de espíritus complejos. Le interesa mucho más que contar una historia con planteamiento, nudo y desenlace, adentrarse en la psicología humana con todos sus pros y contras.
Así lo ha venido demostrando en largometrajes como Ratcatcher, ganador del BAFTA a la Revelación Más Prometedora; Morvern Callar; Tenemos que hablar de Kevin, que logró el BIFA a la mejor dirección; o En realidad, nunca estuviste aquí, protagonizada por Joaquin Phoenix, que obtuvo en Cannes los galardones al mejor guion y al mejor actor.
«En Die My Love —puntualiza la cineasta— intenté explorar los pequeños dramas, los traumas y la resistencia en el día a día. El suceso inesperado. La pérdida de uno mismo. La parálisis. Encontré todo eso en Grace. Y cómo, conmovedoramente, Jackson la ama a pesar de su incapacidad para entenderla».
Jennifer Lawrence (Kentucky, 1990) se entrega a su personaje. No se guarda nada. Ríe, ama, duda, llora, odia, se arrastra… Con el condicionante de haber rodado la película embarazada de cinco meses, afirma: «Me sentía llena de energía después de haber pasado el primer trimestre del embarazo vomitando todos los días. Pero creo que estar embarazada me ayudó a estar calmada y a centrarme en un personaje superado por las emociones».
Con 22 años, Lawrence se convirtió en la segunda mujer más joven de la historia en ganar un Óscar como actriz protagonista. Lo logró con El lado bueno de las cosas, dirigida por David O. Russell. Ahora interviene también como productora de Die My Love. En esta vertiente, la de la producción, se ha implicado en documentales como Bread and Roses (2023), en colaboración con la premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai, denunciando la represión de la mujer en el régimen talibán; o, el pasado año, en Zurawski Texas, que aborda la lucha por el derecho al aborto en un estado —Texas— en el que está prohibido desde 2022.
Admiradora de Lynne Ramsay, con la que confiesa que siempre quiso trabajar, afirma: «Admiro su labor, su intuición, la libertad que te concede… Eso me ayuda, pues no tengo una forma específica de actuar. Me amoldo a quien me dirige en cada ocasión. Creo que eso otorga credibilidad a mis personajes».
Además de Lawrence, completan el reparto Robert Pattinson, LaKeith Stanfield y, evidenciando la experiencia interpretativa que les permite construir sólidos y creíbles personajes, Nick Nolte y Sissy Spacek.
Die my love
Dirección: Lynne Ramsay
Guion: Enda Walsh, Lynne Ramsay y Alice Birch sobre la novela de Ariana Harwicz
Intérpretes: Jennifer Lawrence, Robert Pattinson, LaKeith Stanfield, Nick Nolte, Sissy Spacek
Fotografía: Seamus McGarvey
Música: Raife Burchell, Lynne Ramsay, George Vjestica
Reino Unido, Estados Unidos, Canadá / 2025 / 118 minutos














