Oscuro y Lucientes es la historia de la muerte de Francisco de Goya y Lucientes. Fallecido durante su exilio francés, su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Burdeos. Nadie desde España, ni siquiera algún miembro de su familia, reclamó su cuerpo. Pasaron décadas hasta que el cónsul español en aquella ciudad se topó, por pura casualidad, con la tumba del artista convertida en ruina. Una losa con letras desgastadas y una especie de túmulo que amenazaba derrumbe.

Tras años de trámites, el diplomático acabó logrando permiso para exhumar el cadáver y poder trasladarlo de vuelta a España. En una mañana desapacible se procedió, en presencia de una veintena de personas, a levantar la lápida y la sorpresa de todos fue grande: la cabeza de Goya había desaparecido.

En su segundo largometraje, que destila el aroma de las buenas películas policiacas, Samuel Alarcón realiza toda una investigación. Esa especie de thriller se plasma en un documental de mucho interés en el que confluyen testimonios, fotografías, entrevistas, vídeos, informes… que intentan desvelar el misterioso e irresoluto destino de una cabeza prodigiosa.

Alarcón, periodista y director desde hace cinco años del espacio radiofónico El Cine que Viene en Radio Nacional de España, confiesa: «La primera noción que tengo de lo que es un artista viene de los veranos en los que aprendí a montar en bicicleta. Sería 1985 o 1986 cuando colocaron una enorme cabeza de piedra en el Parque de San Isidro, detrás de mi casa en Carabanchel. Un cartel dejaba leer en la estatua: GOYA (1749-1828). Mis padres me explicaron entonces quién fue Goya y también que desde ese lugar había pintado la Verbena de San Isidro a la que tanto me gustaba ir por los dulces y las atracciones. Un poco después mi padre me llevó a visitar el Cementerio de San Isidro a escasos metros del parque y también de la estatua. Allí me mostró una tumba de Goya, y fue cuando me contó que su cuerpo había venido desde Francia descabezado».

La sorpresa de encontrar aquella tumba quedó eclipsado por la morbosa noticia del cadáver sin cabeza. «Mi padre no pudo responder con rigor mi requerimiento de detalles, pero inventó todos los que pudo para satisfacer mi curiosidad. Tras unos años experimentando con la ficción, el documental de estilo directo o la producción de otros cineastas, retomé el viejo enigma sobre la muerte de Goya. De aquella historia asomaban decenas de flecos de los que comencé a tirar para encontrar un relato fragmentado entre la leyenda, la investigación y la historia. Eso es Oscuro y Lucientes«.

Con la banda sonora a cargo de Eneko Vadillo, Premio Reina Sofía de Composición Musical 2005, la narración, que se apoya y gana dramatismo en la voz de Féodor Atkine, fluye siguiendo las pistas y variantes que los datos históricos han ido dejando, desde el cuadro del pintor Dionisio Fierros titulado Cráneo de Goya pintado por Fierros, al posible destino de esos ilustres huesos en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca… Todo es posible en el engranaje de  ese misterio de misterios porque, de momento, Goya continua desmembrado. Su artística cabeza sigue perdida.

https://www.youtube.com/watch?v=XQK1BnnPWBM

Oscuro y Lucientes

Dirección y guion: Samuel Alarcón
Narrada por Féodor Atkine
Música: Eneko Vadillo
Sonido: Sergio López
Arte: Elena Gallén
Montaje: Samuel Alarcón, Juan Barrero
Producción: Tourmalet Films y Marmita Films, RTVE y France 3 Aquitaine
España / 2018 / 82 minutos