Porque, por supuesto, Baz Luhrmann sigue siendo Baz Luhrmann: un barroco que se enroca en el rococó. Los devotos de esa estética que consagra el carnaval frenético y exasperado no se verán defraudados, no así quienes busquen el espíritu de la novela El gran Gatsby. Los puristas resumirán su decepción protestando contra el hip-hop que -¡oh, sacrilegio!- sustituye al jazz que fue la banda sonora de la vida y la obra de Scott Fitzgerald. No advertirán que lo que realmente extravía la película, llevándola a años luz del universo literario que la inspira, no son algunas de las libérrimas interpretaciones que se permite. Las verdaderas fallas se encuentran en los intentos frustrados de la cinta por guardar una escrupulosa fidelidad al texto de la novela.

Contrariando los juicios y los prejuicios puristas, la película no tiene ninguna vocación de apartarse de la literalidad de la novela: comienza y acaba con las palabras que escribió Scott Fitzgerald. También procura respetar uno de los grandes hallazgos del escritor: la voz del narrador, implicado en los hechos que relata y, al tiempo, espectador distante. De hecho, la película subraya en dos momentos ese desdoblamiento de Nick Carraway, interpretado por Tobey Maguire. Carraway participa del sueño de Gatsby y también es capaz de verlo todo y a sí mismo desde fuera. Sin embargo, la fidelidad formal y la observancia de las anécdotas novelescas –casi todo está en el libro de Fitzgerald, también minúsculos detalles como la luz verde en el extremo de un malecón junto a la casa de Daisy– fracasan.

La película está construida a partir de la mirada de Nick Carraway, cierto, pero la perspectiva moral de ese punto de vista no es el que le otorgó Scott Fitzgerald. Carey Mulligan es perfecta como Daisy Buchanan, una mujer que no existe más que como vaporosa ilusión en la memoria y la fantasía de Gatsby, pero no llega a poseer el cinismo caprichoso que caracterizaba al personaje en la novela. Leonardo DiCaprio encarna con convicción al hombre torturado por la obsesiva memoria de un amor de juventud, por la ambición de lo que se le niega, pero no es Gatsby. El guión se ve obligado a explicitar que es un personaje corrupto que tenía un sueño incorruptible, porque el Gatsby que se presenta no es el arribista que en el retrato de Scott Fitzgerald despierta una fascinación ambigua, llena de reparos.

El espectáculo visual que ofrece Baz Luhrmann está poco más que al servicio de una historia romántica que liquida las sutiles sugerencias de la novela; rebaja la crónica de Fitzgerald al otorgarle la textura visual de un cuento, y cede constantemente a la tentación del travelling vertiginoso sin advertir que puede ser tan potente o más el ligero crepitar del cigarrillo que prende Daisy. Pero estos, claro está, no son más que las objeciones de un purismo quizás más rancio que ninguno.

El gran Gatsby

El gran Gatsby_cartelTítulo Original: The Great Gatsby.

Género: Drama.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Año: 2012.

Director: Baz Luhrmann.

Guión: Baz Luhrmann, Craig Pearce.

Reparto: Leonardo DiCaprio, Isla Fisher, Carey Mulligan, Tobey Maguire, Joel Edgerton, Jason Clarke, Callan McAuliffe, Elizabeth Debicki, Jack Thompson, Jacek Koman, Max Cullen, Kate Mulvany, Arthur Dignam, Kim Knuckey.