En la mitología persa, sangue sabur, “la piedra de la paciencia”, es una piedra mágica a la que uno le cuenta sus desgracias, sus sufrimientos, sus miserias, para confiarle todo lo que no nos atrevemos a revelar a los demás… En su inmovilidad, la piedra escucha, absorbe como una esponja todas las palabras, todos los secretos, hasta que un buen día explota… Y ese día, uno queda liberado.

Localizada en alguna parte de Afganistán o “en algún otro lugar desgarrado por la guerra”, la novela, ahora también película en cuyo guión Rahimi ha contado con la colaboración de Jean Claude-Carrière (uno de guionistas favoritos de Buñuel, con el que trabajó, entre otras, en Belle de Jour y El discreto encanto de la burguesía) nos muestra a un hombre inerte con una bala alojada en el cuello, tendido en el suelo sobre una colchoneta. Esa es la piedra a la que una mujer joven y atractiva, su mujer, habla sin saber si es escuchada, mientras en las calles pasan los carros de combate y se suceden los disparos.

Magnetismo

¿Les suena a aquello de Cinco horas con Mario, la novela de Miguel Delibes, más tarde adaptada al teatro, en el que Lola Herrera hacía todo un despliegue interpretativo? Pues en escenarios bien distintos esta piedra y aquellas cinco horas tienen bastante en común.

Como lo tiene el hecho de que Goshifteh Farahani, la protagonista de esta película, también borde su magnético papel, llene la pantalla de verdad y logre transmitir toda una batería de sensaciones: el deseo, el miedo, la rabia, la frustración, los sueños, sus más ocultos secretos…

Ganadora del Premio a la Mejor Actriz en el 2012 del Festival de Cine de Gijón, en donde la película, que había obtenido el Fipresci, logró el Premio del Jurado Joven, la actriz iraní ha intervenido en otras producciones occidentales como Red de mentiras de Ridley Scott y A propósito de Ely.

Sin artificios

Mientras él agoniza, ella espera que su marido regrese a la vida, lucha por sobrevivir e intenta liberarse del dolor. En primera instancia, con las  palabras y, más tarde, a través de la dulce relación que inicia con un jovencísimo soldado. Una forma de rebelarse; de escapar de una situación humillante.

Poética dentro de lo desolador del escenario, La piedra de la paciencia es una sólida película. Creíble y sin artificios, cada imagen huye del panfleto, a pesar de tener un claro afán de denuncia. Lo logra con creces.

El espectador abandona la sala envuelto en las palabras de la protagonista. En su lucha y frustración. En el horror que cualquier guerra comporta, sí, pero también en la dignidad de su actitud y en esa capacidad del ser humano de encontrar, aún en las peores circunstancias, un atisbo de esperanza.

La piedra de la paciencia
Director: Atiq Rahimi
Guión: Atiq Rahimi. Jean-Claude Carrière
Intérpretes: Golshifteh Farahani. Hamid Djavdan. Hassina Burgan Massi Mrowat
Fotografía: Thierry Arbogast
Música: Max Richter
Afganistan/Francia/Alemania/Reino Unido
102 minutos