Inspirada en la novela L’intimité de Alice Ferney, la película relata el inesperado viaje emocional de Sandra (Valeria Bruni-Tedeschi), una librera independiente, cuya vida da un vuelco al implicarse sin buscarlo con la familia de su vecino Alex (Pio Marmaï), un joven arquitecto que acaba de quedarse viudo con dos hijos pequeños.
La cinta propone una exploración emocional de cómo los afectos se imponen a veces con una fuerza transformadora. Sandra, ajena a la idea de formar una familia, se ve involucrada en la cotidianidad y las emociones de Alex y sus hijos, especialmente con Elliott (César Botti), un niño precoz de seis años cuya mirada sincera rompe las defensas de la protagonista.
La historia se despliega a lo largo de varios meses, marcados por las estaciones, los silencios compartidos, el crecimiento de los niños y el duelo de Alex. El paso del tiempo queda reflejado en la evolución emocional de los personajes y en la maduración de sus relaciones.
«Me atrajo la idea de retratar a una mujer moderna, libre de los mandatos del patriarcado, que asume con convicción su decisión de estar sola. Pero que se ve conmovida por el vínculo que surge con un niño y su padre viudo, sin haberlo planeado», explica Carine Tardieu, quien encontró inspiración en su propia experiencia como madre adoptiva.
«El apego no es inmediato, es un proceso que se construye poco a poco», continúa la directora. «Pero también quise que conservara su independencia, para que ese vínculo no se viviera como una carga o una obligación solemne».
Fiel a su estilo, Carine Tardieu plantea desde una perspectiva muy particular temas como la maternidad elegida, la soledad, la reconstrucción afectiva y los modelos no tradicionales de familia, todo ello sin dogmatismos ni dramatismos y con una sensibilidad que alterna la melancolía y el humor.
Los lazos que nos unen cuenta con un reparto coral encabezado por Valeria Bruni-Tedeschi y Pio Marmaï, acompañados por Vimala Pons, Raphaël Quenard, Marie-Christine Barrault, Catherine Mouchet y el prometedor César Botti como Elliott.
Bruni-Tedeschi ofrece una de sus interpretaciones más contenidas y emocionales: «Sandra ha construido una coraza para no sufrir, pero esa coraza se derrite al contacto con la calidez de esa familia inesperada. Me gustó mucho interpretarla porque me obligó a alejarme de mí misma. Fue como un ejercicio de discreción y contención que me conmovió», destaca la actriz.
Por su parte, Pio Marmaï confiesa que el papel de Alex le exigió un compromiso emocional inédito: «Esta historia me afectó profundamente porque mi pareja estaba embarazada cuando rodábamos. Viví el personaje con mucha intensidad». El pequeño César Botti, de apenas seis años, aporta una autenticidad sorprendente a la relación con Sandra. La directora destacó de él su capacidad de escucha excepcional: «Sabía manejar los silencios como ningún niño de su edad. Fue un regalo para la película».
Tras su presentación en el Festival de Cine de Venecia y su paso por la 28ª edición del Festival de Cine de Málaga, Los lazos que nos unen despliega humanidad y consolida a Carine Tardieu, que ya había apuntado una sutil exploración sobre los afectos en su filme anterior, Los jóvenes amantes, como una de las más interesantes cineastas del panorama europeo actual.
Los lazos que nos unen
Dirección: Carine Tardieu
Guion: C. Tardieu sobre la novela L’intimité, de Alice Ferney
Intérpretes: Vimala Pons, Raphaël Quenard, Marie-Christine Barrault, Catherine Mouchet y César Botti
Fotografía: Elin Kirschfink y Yann Maritaud
Música: Eric Slabiak
Francia, Bélgica / 2024 / 106 minutos
Distribución: Syldavia Cinema, Karma Films















