El verano es, según el cine, una buena época para enamorarse, conocer gente interesante, tirarse en la tumbona o vivir emocionantes aventuras en las que tiburones y alienígenas pueden ser compañeros del viaje. El séptimo arte cuenta con un catálogo de películas con el verano como telón de fondo tan poblado como heterogéneo. Drama, aventura, amor, misterio… Todos los géneros están representados. Mayores y pequeños pueden encontrar su película de verano perfecta para pasar una tarde de calor en el sofá.

De haberse fracturado la pierna en otra época del año, James Stewart no habría tenido tan fácil entrometerse en la vida de sus vecinos. Con las ventanas de todos los pisos abiertas en busca de cualquier atisbo de brisa que aliviase el sopor veraniego, lo que se presentaba ante sus ojos era un auténtico buffet libre para mirones. Tanto observar por la ventana con la pierna en alto, sin nada mejor que hacer… acaba por descubrir un supuesto asesinato. ¿O es solo un espejismo propiciado por las altas temperaturas? Se trata, claro está, de La ventana indiscreta, una de las obras maestras de Alfred Hitchcock.

El verano es época calurosa y pegajosa, un clima propicio para historias retorcidas, con personajes inmersos en dramas que el calor acentúa contribuyendo a la sensación de agobio que algunas intentan transmitir al espectador. Por un lado está el sopor de las altas temperaturas y el cansancio que eso provoca. Por otro, el hecho de que al ser época de vacaciones, los personajes pueden gozar de más tiempo libre en el que dejarse llevar por la historia. En De repente el último verano se aprovecha ese ambiente para dotar de mayor dramatismo a la historia que se cuenta. La de una viuda que quiere someter a su sobrina a una lobotomía para mantener intacto el buen nombre de su hijo fallecido.

El calor, obviamente, justifica también que los actores vayan algo más ligeros de ropa. Así, Paul Newman aprovechaba para lucir torso y conquistar, con eso, sus ojos azules y su capacidad para enamorar a la cámara, a Hollywood. Junto a la que sería su esposa, Joanne Woodward, protagonizó esta historia de segundas oportunidades para un chico rebelde titulada El largo y cálido verano.

Otro clásico es El graduado. Unas vacaciones aprovechadas para visitar a la familia de su novia en las que Dustin Hoffman se ve envuelto en uno de los romances más complicados y tórridos que ha dado el cine.

Amores de verano

Lo de la señora Robinson y su yerno era mucho más complejo que el típico amor de verano, un tipo de relación con un larga lista de víctimas. Desde el romance de Sandy y Danny Zuko que se esfuma con la vuelta a clase en Grease hasta un clásico del género romántico como Dirty Dancing contando la no menos clásica historia de chica de clase alta que se enamora de chico de clase baja. Lo mismo les pasaba a Ryan Gosling y Rachel McAdams en El diario de Noa o a Channing Tatum y Amanda Seyfried en Querido John.

Y es que las vacaciones son una época muy propicia para el romance. ¿En qué época transcurría Mamma Mia!? Woody Allen aprovechó esa época del año para ambientar su Vicky Cristina Barcelona orquestando un amor a tres bandas con latin lover incluido y un homenaje a la Ciudad Condal como una más de sus escalas en el Viejo Continente. Mucho más ligera, divertida y fresca (pese a transcurrir en verano) es La tentación vive arriba. El planteamiento de Billy Wilder resultaba sencillo. Dejó a Tom Ewell de Rodríguez en casa mientras su familia se iba a la costa huyendo del calor de la ciudad. Para darle emoción a la aventura de quedarse solo en casa, en su camino cruzó a la vecina de arriba, que no era otra que Marilyn Monroe.

El verano, la estación de los niños

No hay clases y tienen mucho más tiempo libre que en cualquier otra época del año, así que no es de extrañar que los niños tiendan a vivir todo tipo de aventuras en verano. J.J. Abrams recuperó el espíritu de ET y Los goonies en Súper 8 y rodó una aventura en toda regla en la que un grupo de amigos que rueda un corto de zombis es testigo de un accidente de tren con seres de otro planeta de por medio.

Con ese mismo espíritu aventurero se estrenó hace ya tres años Héroes, de Pau Freixas. Era la historia de un pueblo al que un pantano va a barrer del mapa y cómo una pandilla de niños vive ese último verano. Las zapatillas Victoria, las bicicleta BH, la cabaña del árbol, la merienda de Nocilla… Un retrato de los veranos de toda una generación, la de los ochenta. Española es también Las bicicletas son para el verano, de Jaime Chávarri. Era otra forma de contar el estallido de la Guerra Civil, que tuvo lugar en julio de 1936, a través de la perspectiva de un niño que quiere la bicicleta prometida sin ser consciente de todo lo que está ocurriendo a su alrededor.

¡Qué bello es vivir! y La gran familia son al invierno lo que Mi chica, al verano. Éste no puede llamarse tal hasta que reponen en algún canal el primer amor de Macaulay Culkin y su trágico final.

Peligros veraniegos

Uno de los planes veraniegos más comunes es irse a la playa y combatir el calor pasándose el día a remojo. El problema es cuando un tiburón de mandíbulas portentosas decide optar por el mismo plan vacacional. Ese era el planteamiento de Steven Spielberg en Tiburón, con la que inició una saga longeva y con derivados como las pirañas.

Saga es también la que arrancó con Sé lo que hicisteis el último verano. Un grupo de actores de moda en los noventa –léase Sarah Michelle Gellar, Freddie Prize Jr., Ryan Phillippe y Jennifer Love Hewitt– conducían por una carretera oscura cuando atropellan un pescador y se dan a la fuga. Error. El accidente les perseguirá durante varios veranos.