Como queda patente de principio a fin, la película gravita en torno a la música de la banda que, liderada por David Summers, se gestó en los años 80 entre el bar Rowland del Parque de las Avenidas de la capital y la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense.  

Los temas que suenan han sido coproducidos e interpretados por el propio grupo y, además de contar con el apoyo de una potente orquesta, se nutren con nuevos arreglos musicales de la compositora Zeltia Montes, ganadora en 2021 del Goya a la mejor música original por El buen patrón, que es además autora de la banda sonora original.

Historia de amor y amistad que se prolonga a lo largo de los años, inicialmente la acción se remonta a septiembre de 1989 en Valladolid. Allí, a sus 14 años, David y Layla acaban de empezar octavo de E.G.B. en un colegio público. Hombres G es la música que, casi obsesivamente, les acompaña. También se gustan mucho entre ellos, pero como a David, pese a la buena voluntad de sus amigos, siempre le aconsejan tan mal, todos los esfuerzos que emprende para conquistarla terminan siendo un desastre.

A pesar de todo, los dos se hacen inseparables y se meten en líos cada vez mayores, e incluso cuando están juntos el impulso de cantar y de bailar las canciones de su grupo favorito es tan fuerte que se ponen a hacerlo en mitad de la calle. Y eso es porque se lo están pasando bien. Muy bien.

También en Valladolid la historia da un salto de tres décadas. David y Layla no se han vuelto a ver desde finales de los ochenta, pero nunca se han olvidado el uno del otro. A Layla, las cosas, al menos en lo profesional, no le han podido ir mejor: es directora de cine y ha ganado un Óscar. La vida de David, en cambio, ha sido más plana y ni es famoso ni ha ganado ningún premio. Layla vuelve a la ciudad para recibir un homenaje y los dos pasarán juntos una semana. Durante esos días ya no cantarán y bailarán por la calle, pero se darán cuenta de que los niños que fueron no han desaparecido del todo.

En 1989 y en 2022, los protagonistas de lo que vemos y escuchamos lucharán con todas sus fuerzas por no dejar definitivamente aquel, su primer amor. Y por pasárselo bien. Muy bien.

David Serrano, que en esta ocasión también firma el guion junto a Luz Cipriota, es director y/o guionista de interesantes propuestas cinematográficas como Días de fútbol, El otro lado de la cama o Los dos lados de la cama y figura relevante del teatro musical como autor del libreto de Hoy no me puedo levantar y, entre otras obras, como director de la adaptación de los musicales Billy Elliot y Grease.  

A la acción le dan vida y credibilidad sus protagonistas: Raúl Arévalo como David adulto; la actriz mexicana Karla Souza como Layla adulta; Dani Rovira y, también espléndidos en su papeles, -actuando, cantando y bailando- los chavales Izan Fernández (Libertad, el musical El Rey León) como David niño; Renata Hermida, como Layla niña; Rodrigo Díaz y Rodrigo Gibaja. Justo es comentar que fueron elegidos en un casting en el que participaron más de quinientos aspirantes.  

Nostalgia, humor, sensibilidad y, sobre todo, espectáculo se unen en Voy a pasármelo bien para que, haciendo bueno el título y justicia a lo que la pantalla nos transmite, realmente nos lo pasemos de cine.

Voy a pasármelo bien

Dirección: David Serrano

Guion: D. Serrano, Luz Cipriota

Intérpretes: Raúl Arévalo, Izan Fernández, Karla Souza, Renata Hermida, Dani Rovira, Rodrigo Gibaja, Rodrigo Díaz, Raúl Jiménez, Jorge Usón, Michel Herráiz

Fotografía: KiKo de la Rica

Música: Zeltia Montes, Hombres G

España / 2022 / 108 minutos