[En el arrabal zaragozano donde vivía, pocos pensaban que Flor, aquella niña nacida en uno de sus hogares más humildes, estaba destinada a convertirse en una de las grandes figuras de los escenarios, primero en España y luego en toda Europa. Un camino difícil, sembrado de duras pruebas, que la lleva primero a Madrid y, más tarde, a Barcelona, París, Berlín y la lejana Cuba.

A lo largo de esa carrera en pos del éxito, Flor va descubriendo el amor, el desengaño, la amistad, el temor y la obsesión. Y a la vez, su vida se sumerge en los convulsos acontecimientos de las primeras décadas del siglo XX, unos años marcados por las revueltas anarquistas, el auge del fascismo y el horror de la guerra].

¿Estamos ante un libro que se ciñe estrictamente al personaje y a los hechos que se relatan?

Con el personaje de Flor me he tomado las licencias que permite la ficción, pero con los hechos históricos he sido muy rigurosa. Solo he inventado un acontecimiento que no existió pero está basado en hechos reales, y sobre el que informo a los lectores en una nota final. La posibilidad de mezclar historia y ficción forma parte de la magia de la literatura.

– ¿Quién era Flor de Arrabal?

Flor de Arrabal, o Flor, o Nora Garnier, el nombre artístico que adopta en el mundo del espectáculo, es un personaje ficticio que me sirve para retratar a una superviviente nata que vive los vaivenes de la historia del siglo XX. Una Europa convulsa. Para darle forma me basé en las biografías de cantantes famosas del cuplé como Raquel Meller, la Fornarina, la Chelito y otras.

Flor nace en el Arrabal de Zaragoza el 1 de enero de 1900, mientras las campanas de la Basílica del Pilar dan la bienvenida al nuevo siglo. Su familia es tremendamente pobre, incluso paupérrima entre los desfavorecidos que habitan en un barrio de por sí muy humilde. Según los baremos actuales se trata de una familia desestructurada, con un padre alcohólico propenso a desahogar su ira pegando a quien se pone a su alcance, especialmente a su mujer y a Flor, la única chica entre los seis vástagos. En ese contexto, Flor desarrolla una rebeldía instintiva contra la dura vida de las mujeres que observa en su entorno. A los catorce años, una serie de casualidades hacen que deba suplir a una cupletista en el teatrillo sórdido donde lleva trabajando de fregona desde los doce. Ese accidentado debut le reporta una gran alegría y, casi seguido, una gran humillación que la empuja a escapar a Madrid en busca de su lugar al sol de los espectáculos de variedades. A partir de ahí empieza su carrera en pos del éxito que la llevará a recorrer una Europa sacudida por las revueltas anarquistas, la gripe española, las guerras y el auge de los fascismos. Hechos históricos que narro a través de los ojos de Flor y su evolución como artista y como persona.

– ¿A qué fuentes acudió para escribir la historia?

El proceso de documentación fue muy laborioso. Recurrí a libros de historia, leí libros y artículos sobre el cuplé, me empapé de las  biografías de cantantes famosas de la época, investigué en hemerotecas  (físicas y en línea) y también navegué por los buscadores. La  verdad es que trabajé muchísimo para recrear esos primeros cincuenta años del siglo XX, los escenarios de variedades de entonces y las diferentes ciudades por las que va pasando Flor.

Gravitan sobre esta historia temas tan diversos como la solidaridad, la amistad, el desengaño, la capacidad de superación, la supervivencia. ¿Cuál de ellos destacaría?

Todos son importantes en esta novela y me resulta difícil destacar solo uno. Aunque, haciendo un esfuerzo, tal vez incidiría sobre la capacidad de superación. Siempre he creído que no hay que conformarse con las cartas que nos reparten la vida o el destino. Hay que luchar incluso cuando las posibilidades de conseguir mejorar parecen nulas.

– ¿Qué diferencias sustanciales hay entre abordar ficción y hechos reales?

La ficción permite fabular y dar rienda suelta a la imaginación. Podemos hacer coincidir a nuestros protagonistas con personajes históricos, hacerles vivir (y sufrir) acontecimientos que ocurrieron realmente y moverlos por la historia a nuestra voluntad. Los hechos reales, en cambio, no los podemos manipular a nuestro antojo y hay que abordarlos siempre con el máximo respeto y rigor histórico.

– ¿Por qué debe acercarse el lector a Flor de Arrabal?

Creo que el lector encontrará entretenimiento, rigor histórico y una historia de superación con toques románticos y de humor. Hay música, amistad, amores y muchos giros inesperados. Por sus páginas desfilan personajes relevantes de la música y del cine de la época, pero lo más importante es lo que me han ido diciendo los lectores: que es una historia preciosa que les ha tenido enganchados hasta la última página y que han reído, sufrido y vibrado con las peripecias de Flor hasta llegar a la sorpresa final.

– ¿Con qué mensaje le gustaría que se quedase el lector?

No soy muy dada a lanzar mensajes desde mis novelas, aunque creo que de Flor de Arrabal se desprende que, por muy desfavorables que a priori sean nuestras cartas en la vida nunca hay que conformarse. Debemos luchar siempre por superarnos y formarnos como seres humanos.