Tres personajes experimentan, cada uno a su forma, ese instante en que nuestra existencia parece vaciarse inexorablemente de sentido, en el que, por decirlo de un modo claro, perdemos la alegría. El instante en el que salta por los aires la inocente inconsciencia de vivir, la aparición de la grieta. Entonces, una avalancha de preguntas nos enturbia esa cotidianeidad reconfortante y engañosa que con tanto celo hemos construido. Y nos precipitamos en el vértigo, la caída libre sobre un paisaje ya para siempre nevado. Este es el tema del montaje que la compañía aragonesa Teatro Imaginario lleva al Arbolé.

La alegría perdida es una obra compuesta a partir de diversos monólogos contenidos en El trineo de Schopenhauer, de Yasmina Reza, una dramaturga bien conocida en España donde triunfó con Arte. De la misma autora es Una comedia española, que fue llevada a escena en 2009 por el Centro Dramático Nacional.

Del teatro al cine

Yasmina Reza (París, 1959) es una escritora, actriz, novelista y dramaturga francesa. Sus padres eran de ascendencia judía; su padre, medio ruso medio iraní, descendía de una familia judía expulsada de España por la Inquisición; su madre, una violinista húngara.

Tras sus estudios en la Universidad de París y en la Escuela de Arte Dramático Jacques Lecoq, comenzó a trabajar como actriz. Dejó el escenario para crear sus propias producciones, y obtuvo el Premio Moliére por su primera obra teatral publicada, Conversations après un enterrement (Conversaciones tras un entierro), en 1987, premio que volvió a obtener por su traducción de La metamorfosis de Kafka, que realizó para Roman Polanski; y posteriormente por mejor producción y mejor autor por las obras La Traversée de l’hiver (La travesía del invierno) en 1989 y Art (Arte) en 1994. Otros galardones incluyen los premios Laurence Olivier, Evening Standard y el Nestroy-Theatreprize. En 2000 recibió el Gran Premio del Teatro de la Academia francesa, en reconocimiento a toda la carrera dramática de la autora.

A partir de 1997 comenzaron a aparecer sus novelas (Hammerklavier, Une Désolation), que fueron grandes éxitos comerciales en Francia. Con su obra El alba, el anochecer o la noche se atrevió a realizar un perfil biográfico del Presidente de la República Francesa Nicolas Sarkozy. En 2007, volvió a la actualidad con otra obra de éxito, Le dieu du carnage, conocida en español como Un dios salvaje y que fue adaptada al cine por Roman Polanski en 2011 con un rutilante reparto: Jodie Foster, Kate Winslet, John C. Reilly y Christoph Waltz.