La muestra, comisariada por Montse Badia, propone un recorrido por un mundo de apariencias que invitan al visitante a reflexionar sobre las imágenes y su condición parcial y selectiva de la realidad.

Incluye 19 obras, todas creadas a partir de los años 90, de artistas como Jeff Wall, Tacita Dean, Rodney Graham, Douglas Gordon, Pierre Huyghe, Santiago Sierra, Ignasi Aballí, Stan Douglas, Wolfgang Tillmans, Fontana y Dora García, entre otros.

El montaje de la exposición establece un juego de asociaciones y paralelismos entre las obras de artistas de diferentes nacionalidades, que pone de relieve hasta qué punto la preocupación por la realidad, el lenguaje y el sentido de las imágenes, ha sido una preocupación compartida.

La muestra acoge desde la arquitectura espectral de Santiago Sierra hasta el cine mental de Ignasi Aballí, pasando por los besos cruzados de Douglas Gordon y Andreas M. Kaufmann, los juegos textuales de Dora García y Javier Codesal o los árboles de Rodney Graham y Tacita Dean.

Baobab

La muestra incorpora desde el 11 de abril una nueva pieza en su exposición: la película Baobab, de la artista británica Tacita Dean, un filme que surge de un encuentro fortuito cuando la artista se hallaba en Madagascar grabando un eclipse total de sol, que daría lugar a su obra Diamond ring (2002). Tacita Dean quedó fascinada por la peculiaridad de los baobabs y los filmó.

Durante los diez minutos que dura la película, los árboles se muestran como presencias majestuosas que contrastan con la aparición más prosaica de moscas y vacas. El baobab es un tipo de árbol muy singular y el tema principal de varios mitos antropomórficos que intentan explicar su extraña forma (su espectacular tronco bulboso y sus ramas en forma de raíz).

El baobab aparece, por ejemplo, en El principito (1943), de Antoine de Saint-Exupéry, para sugerir una reflexión sobre la paciencia, la temporalidad, la extinción y la obsolescencia, temas habituales en la práctica de Tacita Dean.

Paradoja común

Estos trabajos juegan con la paradoja, tan común en el mundo de hoy, de tomar la realidad por su apariencia. Las obras seleccionadas utilizan la imagen del iceberg para aludir a la percepción de una realidad de la que solo vemos una pequeña parte y a menudo no nos permite descubrir toda su complejidad.

En la medida que somos capaces de cuestionar esa noción de realidad, de no resignarnos a la punta del iceberg, podemos llegar a superar la superficie que la oculta.

La colección Cal Cego, privada y planteada como una aventura estética e intelectual, presenta por primera vez parte de su colección en una muestra expositiva.