La lucha por el poder, cada una con su entorno, permite hacer un recorrido por el hecho místico materializado en la poesía, enfrentándose al mismo tiempo el misticismo poético de Santa Teresa con el de San Juan de la Cruz. En el terreno poético puede que Santa Teresa hubiera aspirado a ser San Juan.

La dramaturgia arranca durante los últimos días en los que Ana de Mendoza, confinada en su palacio por orden del rey Felipe II, rememora su relación con diversos miembros de la Corte y muy especialmente con la fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas.

Carlos Jiménez dirige a Iria Márquez y Eliana Sánchez en este espectáculo elaborado a partir de textos de Teresa de Ávila que participa en el ciclo Los martes, milagro, que pretende rendir un merecido homenaje a la poesía mostrándola en escena.