Slow Internet Café es una propuesta en la que, a través de la organización fundada por él mismo en 2013, The Consortium for Slower Internet (Consorcio para un internet más lento), ha desarrollado una serie de routers inalámbricos que funcionan con un firmware que intercepta y altera de manera creativa el flujo de información que los atraviesa.

Este tipo de intervención es posible utilizando hardware comercial. Además de modificar el software que se ejecuta en cada router, ha rediseñado la carcasa de cada dispositivo utilizando materiales y formas que los muestren como objetos atractivos para equipar el hogar. Estos se exhiben en The Slow Internet Café, un espacio en el que los visitantes pueden conectarse a numerosas redes inalámbricas, cada una de las cuales presenta una versión de la web aumentada.

Información

Sam Kronick. Uno de los routers rediseñados según la propuesta de The Consortium for Slower Internet.Según Kronick, sólo aquel que controla la infraestructura controla el flujo de datos. De este modo, “si rediseñamos y manipulamos los componentes infraestructurales que hay en nuestros hogares, como los routers, manejando el sustrato que sostiene la red como una sustancia maleable, podremos considerar que nuestros datos son más nuestros».

El espacio de LABoral sirve para contemplar lo que le sucede a la información cuando viaja de un dispositivo a otro en una red global de una magnitud inimaginable. En The Slow Internet Café se puede elegir entre varias redes WIFI abiertas. Cada una enriquece, filtra o distorsiona de una manera diferente el tráfico que fluye a través de ella.

Los algoritmos que determinan los equipos de procesamiento de la información que hay entre los usuarios no son en absoluto neutrales; la red inalámbrica amplifica estos conflictos políticos y sociales con el fin de que podamos empezar a imaginar que otros mundos virtuales son posibles.

En The Slow Internet Café se invita a los visitantes a que lleven sus propios smartphones o portátiles para poder disfrutar plenamente.

 

Sobre el artista

Sam Kronick estudió Arte y Arquitectura en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y sus influencias eclécticas siguen guiando su trabajo a día de hoy. Le interesa servirse del arte y el diseño para comprender mejor el papel cultural y el espacio que ocupan las tecnologías de uso cotidiano.

Ha trabajado en vídeo, escultura, software, programación de instalaciones, productos y multimedia para diversas audiencias que van desde galerías a espacios públicos. Suele abordar su trabajo con producciones propias gracias a sus variadas habilidades para la fabricación: trabaja con madera, metales y plástico y desarrolla hardware y software.

Además de producir sus propias obras, Kronick dirige el laboratorio de investigación del Consortium for Slower Internet, organización que fundó en el verano de 2013 para investigar sobre computación y comunicación, donde crea prototipos para clientes diseñados por encargo.