Tanto las iniciativas incluidas en el programa complementario como la muestra se adentran en la tecnología militar, responsable del asesinato de un creciente número de civiles en la pasada década, en unas guerras que, en su mayor parte, se llevan a cabo con el máximo secretismo y por las que nadie rinde cuentas.

En la era de vigilancia de masas y guerra invisible surgida tras el programa PRISM, los artistas se unen a los periodistas y a los activistas para delatar ilegalidades y poner a descubierto las infraestructuras tecnológicas que hacen posible que sucesos como los ataques con drones ocurran.

Silvia Maglioni and Graeme Thomson. Clouds of Unknowing, 2014 (terminal beach). Captura de vídeo.

Silvia Maglioni and Graeme Thomson. Clouds of Unknowing, 2014 (terminal beach). Captura de vídeo.

Ese es el propósito común del vídeo críticamente humorístico de Hito Steyerl sobre la videovigilancia, de la apasionada investigación que James Bridle realiza sobre la invisibilidad, de la psicogeología de las tecnologías en red de Metahaven, de la fenomenología del vuelo de Laurent Grasso o las de inquietantes esculturas automatizadas de Roger Hiorns. A ellos se unen el grupo Aeracoop, formado por Lot Amorós, Cristina Navarro y Alexandre Oliver; Alicia Framis; Silvia Maglioni & Graeme Thomson; Mariele Neudecker; Martha Rosler y Roman Signer.

Algunas de las piezas presentadas en Llega un grito a través del cielo son poéticas por naturaleza e invitan al espectador a una reflexión tranquila. Otras, en cambio, suscitan una respuesta más inmediata y visceral, haciendo experimentar la vivencia física del horror y la aprensión. Y, como tan a menudo ocurre con la tragedia, el humor puede ser el mensajero más intrépido.

Sobrevolando pueblos y ciudades

Sobrevolando pueblos y ciudades con su carga de cámaras y armas, los drones se han convertido en sinónimo de terror: un abrumador miedo existencial que, como si de una memoria del futuro se tratara, nos avisa del peligro inminente.

Esta exposición y las actividades asociadas a la misma se centran en el impacto y el terror generados por los conflictos armados en los que se emplean drones, abordando además la ambigüedad ética y legal de los vehículos aéreos no tripulados (VANT), la vigilancia masiva y la guerra a distancia. Y lo hace a través de los trabajos de artistas contemporáneos que critican la manera en que la tecnología y redes militares nos ocultan y alejan de la realidad política y social del conflicto armado de hoy.

El título está tomado de la línea que da comienzo a la novela Gravity’s Rainbow (El arco iris de la gravedad), en la que su autor, Thomas Pynchon, investiga el contexto social y político que subyace al desarrollo del cohete V-2 por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Las tecnologías para la guerra usadas en la actualidad, como las de los drones MQ-1 Predator y MQ-9 Reaper, y sus misiles Hellfire guiados por láser, presentan grandes similitudes con el V-2 en lo que se refiere a su capacidad de funcionar sin ser advertidos y atacar sin previo aviso.