La muestra, que abrió sus puertas el pasado 12 de junio, precisamente el mismo día en que falleció Antoni Pitxot, incluye 68 piezas, 30 obras de Dalí y 37 pinturas de su amigo y confidente. Rinde homenaje, por tanto, a la larga amistad y colaboración de ambos creadores. Es, también, un homenaje al arte y a la pintura. Y a un paisaje, el de Cadaqués, que les inspira y a la vez condiciona.

Con los dibujos de Salvador Dalí para 50 secretos mágicos para pintar nos adentramos en el lenguaje y pensamiento poéticos de Antoni Pitxot, capaces de abstraer y encontrar la esencia de las formas y establecer una ruptura con el orden lógico de la mirada retiniana. Y de este modo, un paisaje local, el de Cadaqués, deviene universal, alegórico, y traduce formalmente el paisaje interior del hombre.

En cuanto a la obra de Pitxot, es la primera vez que esta selección de piezas, proveniente de la Colección Dalle Molle, se muestra en España. Se trata de una pintura al óleo, similar por la técnica a la de los artistas del Renacimiento, de quien conoce las recetas, los secretos, que comenta y comparte con Salvador Dalí.

Obra única y paradójica

El proceso de creación de las obras de Pitxot es singular: primero crea figuras, conjuntos escultóricos o composiciones con piedras, recogidas en su entorno que, después, traslada a la tela. La naturaleza se convierte en artificio. El colorido de su obra, la textura, el misterio son componentes esenciales de sus creaciones.

Su obra provoca un interesante diálogo entre creador y espectador. Misterio, magia y, sobre todo, la plasmación de «la suntuosidad de las sedas y los terciopelos minerales», tal y como declara Salvador Dalí, nos son transmitidos a través de una obra única y paradójica.