Comisariada por Adolfo Sotelo Vázquez, a través de más de 600 piezas, entre libros, pinturas, manuscritos, objetos…, se propone al visitante un recorrido veraz y atractivo por todos los perfiles del escritor: novelista, narrador, articulista, vagabundo, memorialista, dramaturgo, lexicógrafo y poeta. Pero tampoco se han querido dejar en el tintero otras caras de su personalidad: académico, editor, promotor cultural, artista conocedor y amante de las artes, coleccionista.

Con más de 40 secciones que abarcan desde 1916 a 2002, la muestra es un viaje por las fortunas y las adversidades del autor, destacando al narrador, a la par que muestra la importancia de sus novelas y manifiesta su relación con la cultura y la sociedad de cada momento histórico. Y al margen de los primeros tramos de su vida (infancia, adolescencia y primera juventud) se presta especial interés al narrador, a la importancia de las novelas y la relación del Nobel con la cultura y la sociedad de cada momento histórico.

La exposición muestra, desde su otero de “narrador”, su propia aventura personal, literaria y de agitador cultural y político. Sus explicaciones se nutren de sus textos autobiográficos, de su inacabable fondo epistolar (depositado en la Fundación Pública Gallega Camilo José Cela) y de su écriture du jour, es decir, sus miles de artículos, que vieron la luz en periódicos de muy diverso signo: desde Arriba, Solidaridad Nacional, La Vanguardia Española o Informaciones, a El País, El Independiente o ABC.

«Siempre se ofrecen documentos periodísticos que muestran la proyección de Cela en los ambientes intelectuales y en los medios culturales. Su actividad intelectual, de gestor cultural, de participación pública, están siempre presentes a lo largo de toda su trayectoria», asegura Sotelo. Otra constante de la muestra es la atención privilegiada que se concede a sus novelas. Fue el mérito esencial para la concesión del Premio Nobel y, desde luego, es el eslabón imprescindible de la novela española de la segunda mitad del siglo XX. «De todas sus novelas, desde La familia de Pascual Duarte (1942) a Madera de boj (1999) se ofrece la primera edición (en ocasiones, el manuscrito), algunas traducciones y alguna muestra de la recepción crítica que tuvieron al publicarse».

Finalmente también destaca la sección del poliedro CJC, en el que se contienen los otros caminos de su escritura (en especial, su espléndida narrativa de viajes), sus quehaceres como promotor y director de publicaciones y acontecimientos culturales y, desde luego, sus facetas en relación con otras artes (el cine, por ejemplo) y con estadios culturales, sociales y políticos de España, desde 1942 hasta el siglo XXI.

En este sentido, «en la exposición se pueden ver fragmentos de las tres películas en las que Cela participó como actor entre los años 1948 y 1953. También pintura del propio escritor, expuesta en Madrid y La Coruña a finales de los 40. Naturalmente se presta atención a sus viajes (utensilios, herramientas, mapas), a su afición al coleccionismo, etc.».

  • CJC 2016. El centenario de un Nobel. Un libro y toda la soledad se podrá ver en el Museo Centro Gaiás de la Cidade da Cultura entre el 18 de noviembre de 2016 y el 19 de febrero de 2017.