Oswaldo Maciá junto a la obra Fábula del viento.

Oswaldo Maciá junto a la obra Fábula del viento.

El proyecto representa un regalo para los sentidos que invita a dejarse llevar y descubrir nuevas formas de conocimiento y de entender la experiencia artística. Maciá es un destacado artista multidisciplinar que se ha significado en los últimos veinte años por sus esculturas acústicas y olfativas, en las que reflexiona sobre cómo los sentidos perciben la información del mundo exterior y cuestionan el conocimiento y la percepción.

Este artista es ante todo un escultor, un investigador de nuevos lenguajes y espacios de lo escultórico que cuestionan las formas de percepción asumidas desde hace siglos especialmente en el ámbito de la cultura occidental. “De él se podría decir –explica Orlando Britto, director del CAAM– que no solo es un escultor al uso, sino que también es un poeta y pensador, un músico y compositor, que sitúa al espectador ante nuevos horizontes de percepción que subvierten nuestro espacio de seguridad y confort sensorial para sumergirle en apasionantes territorios ignotos de nuestros sentidos”.

Viento y aves

Oswaldo Maciá. Volucrarios.

Oswaldo Maciá. Volucrarios.

El concepto de ecuación, elegido por el artista para introducir este proyecto, ubica al espectador ante una realidad en la que varios factores deben ser siempre tenidos en cuenta. Su propuesta comienza con La fábula del viento (Fables of the wind), creada para el espacio donde se exhibe la muestra. Una instalación acústica; una composición circular acusmática, que sitúa al público en el espacio alegórico del mar y el viento, el ciclo sin fin del camino de ida y de regreso, las migraciones, el comercio, el viaje de las ideas…

La muestra presenta la escultura acústica y olfativa Bajo el horizonte (Under the Horizon), en la que, partiendo de un objeto del espacio doméstico como una bañera, el horizonte se convierte para el público en una exploración de carácter horizontal a través del sonido y del olor. “La inconmensurable línea del horizonte –indica Maciá– se ha usado para navegar de un lugar a otro, una línea donde la visión se calibra”.

Otra obra, Volucrarios (Volucrary), es un tributo del artista a los tratados medievales sobre la simbología de los pájaros. La pieza consta de 10 impresiones sobre lienzo que representan aves en proceso de extinción o extinguidas, procedentes de bestiarios. La obra está inspirada en el libro Jardin de Santé del médico y naturalista alemán conocido como Jean de Cuba (1430-1503), en el que describió más de 122 pájaros con atributos asignados por los más relevantes estudios de los clásicos.

Imágenes, objetos, sonidos y olores

Oswaldo Maciá es un artista colombiano afincado desde hace más de dos décadas en Londres. Ha presentado su trabajo en espacios como el Alison Jacques Gallery (Inglaterra, 2011), Schloss Marquardt Potsdam (Alemania, 2011), Haunch of Venison (Inglaterra, 2010), White Box (EE.UU., 2009), Fri-Art (Suiza, 2007), Marian Goodman Gallery (Francia, 2007), Museum of Contemporary Art (Australia, 2007), South London Gallery (Inglaterra, 2007), 51 Bienal de Venecia (Italia, 2005), Daros LatinAmerica Collection (Suiza, 2005), Tate Liverpool (Inglaterra, 2004), Bienal de Shanghai (China, 2004) o el Museo Reina Sofía (2003), entre otros.

Sus composiciones se forman a partir de imágenes, objetos, sonidos y olores. Ya sea en papel, objetos, vídeo o imagen, las obras funcionan como esculturas: ocupan espacio, emplean elementos cotidianos para sus propios fines. La escultura se refiere a las relaciones que la gente tiene que los objetos que forman el mundo que experimentamos; en la utilización de una gama más amplia de percepción, su trabajo se abre a la subjetividad desde la objetividad, la experiencia sobre el conocimiento.