El asentamiento minero de Chacabuco se convirtió, tras el golpe militar del general Pinochet, en un campo de detención para quienes se oponían a la dictadura.  En 1973 y 1974, este lugar concentró 1.800 prisioneros políticos, la mayoría médicos, abogados, artistas, profesores y trabajadores de todas las regiones de Chile. Hoy solo queda un pueblo fantasma en medio del desierto.

Durante una ruta por la región, Fabrice Murgia conoció a un prisionero político de entonces, Juan Fuentes Botto, quien le relató con detalle sus experiencias sobre los hechos. Combinando drama, música y vídeo recupera las narraciones de éste y otros supervivientes en Children of Nowhere.

Este montaje es la segunda parte de un proyecto iniciado en 2012 con Ghost Road, una inquietante producción de teatro musical que Murgia puso en pie a partir de viajes a través de pueblos fantasmas; viajes de iniciación, de éxodo, de búsqueda, que, como este de Chacabuco, le sirven como excusa para narrar las historias de todas aquellas personas olvidadas que dejamos atrás. En palabras del director belga, “sueño con una serie de Ghost Roads, con hombres y mujeres de culturas y orígenes distintos en lugares despojados por la humanidad”.

  • Martes, miércoles y jueves a las 19.30 h.
  • Idioma: francés con sobretítulos en español.
  • Encuentro de Fabrice Murgia con el público: 7 de marzo.
Children of Nowhere. Foto: Elisabeth Woronoff.

Children of Nowhere. Foto: Elisabeth Woronoff.

 

Innovador

El actor y director Fabrice Murgia (Verviers, 1983) está considerado como uno de los más importantes creadores teatrales en la Bélgica de habla francesa. Se formó en el Liège Conservatoire bajo la dirección de Jacques Delcuvellerie y, desde entonces, actúa en el teatro, el cine y la televisión. Tan solo unos pocos años después de su graduación, su pieza de debut Le chagrin des ogres (2009) se convirtió en un gran éxito.

Aunque Murgia trabaja principalmente como actor y director, también dirige la Cie Artara, que busca representar el mundo con los ojos y el lenguaje de su generación. El trabajo del director rompe radicalmente con la tradición del teatro de lengua francesa: utiliza y tematiza los nuevos medios de comunicación, Internet, las redes sociales, la música electrónica y el videoarte.

Con el proyecto Ghost Road ha extendido su campo de investigación política y artística, siendo el punto de partida de una serie de colaboraciones con artistas de la talla de Jos Verbist, el cineasta Benoit Dervaux y el compositor de Dominique Pauwels. En 2014, el autor y director, actual director del Teatro Nacional de Bruselas desde julio de 2016, fue galardonado en la Bienal de Venecia con el León de Plata por el carácter innovador de su teatro.