En la exposición se muestra la evolución plástica de Brinkmann, que se dirige, dentro de la abstracción, a representaciones que bien se podría pensar que son lenguajes tecnológicos, relacionados con el sonido o con la radiofonía. El artista ha llegado a esta etapa después de transitar por su serie anterior, relacionada con el mundo de las noticias y de los conflictos.

La muestra reúne nueve obras inéditas y otras dos más antiguas que exponen su lenguaje. Una representa el abandono de las mallas metálicas en pro de soportes papel y lienzo, y la más antigua, del año 1962, es un dibujo que, a modo de llamada a la nostalgia, presenta su faceta como dibujante, que desarrollaba durante esos años en diversas ciudades europeas.

Autodidacta

Enrique Brinkmann es hijo y nieto de alemanes. De formación autodidacta, en 1957 fundó junto con otros pintores malagueños el Grupo Picasso y llevó a cabo su primera exposición individual en la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga. En 1961 se marchó a Alemania, a la pequeña ciudad de Hilden Gabelung, próxima a Düsseldorf. En Colonia tuvo contactos con algunos representantes del grupo Fluxus, asistiendo a los primeros Happenings de Vostell y trabando amistad con el músico Cornelius Cardew. En 1963, durante un viaje a Málaga, conoció al actor Anthony Quinn, que le compró numerosas obras que forman parte de su fundación.

De regreso a su ciudad natal, en 1966 participó en la exposición Artistas Gráficos Españoles en el Museo de Arte Moderno de Johannesburgo y en años posteriores representó a España en la IX y X Bienal de São Paulo, así como en la I, III, IV, y VI Exposición Internacional de Dibujo en Rijeka. En 1977 obtuvo un premio de pintura en el Festival Internacional de Pintura de Cagnes-sur-Mer en Francia. Desde 1992 trabaja entre Málaga y Madrid, y a partir del 2008, en que viaja a Pekín invitado por la III Beijing Internacional Art Biennale, trabaja con regularidad en China.