La decimonovena edición se inaugura con la proyección de Las flores de antaño, de Chris Kraus, una comedia romántica que surge de la desesperada investigación en la memoria del Holocausto. En su cuarto largometraje, Chris Kraus camina de nuevo sobre el abismo: el historiador Totila (Lars Eidinger) es asignado para preparar un Congreso del Holocausto, pero la invitada estelar, una famosa actriz judía, decide incumplir su promesa. ¿Cómo bascular de la tragedia más profunda a la comedia más disparatada?

Una historia de supervivencia en la franja de precariedad europea es lo que retrata Marija, de Michael Koch, que relata la experiencia de la inmigración a través de los ojos de una valquiria moderna, el retrato de una mujer que llegará hasta donde haga falta para conquistar su independencia. Otra radiografía de la Europa de horizontes perdidos es la que nos muestra El camino soñado, de Angela Schanelec. La directora, que formó parte de la primera ola de la Escuela de Berlín, sigue desafiando las convenciones adquiridas en el lenguaje cinematográfico mediante un estilo de raíz bressoniana.

Otra de las sorpresas del festival es la propuesta interactiva Terror (El veredicto), la primera de las películas de las que se tiene noticia que, de forma literal, convierte al espectador en jurado. El juez se dirige a la cámara y el espectador decide por un veredicto de culpabilidad o de inocencia. Los espectadores pueden votar online o por mensaje de móvil, y dependiendo de lo que decida la mayoría se proyectará una sentencia o la otra.

Ciencia ficción y ciberpunk

Un reencuentro de cinco amigas, un fin de semana en una casa rural, hongos alucinógenos y un cadáver. 5 mujeres, de Olaf Kraemer, es una comedia negra en la que nada es lo que parece. En El éxtasis, de Sven Taddicken, la veterana Martina Gedeck, una de las actrices más prodigiosas de la cinematografía europea, entrega uno de sus papeles más memorables. Ella es Helene Brindel, una mujer que padece insomnio severo, emocionalmente destruida y asfixiada por todo tipo de crisis: marital, espiritual, biológica, etc. Ama de casa que se ha autoimpuesto la abstinencia sexual, se embarca en una relación platónica y perturbadora con un neuropsicólogo de métodos heterodoxos. Y el recuerdo de una madre que abusó sexualmente de su hijo es el detonante de Las manos de mi madre, de Florian Eichinger. El guion, de un equilibrio dramático admirable, analiza los efectos desde todos los flancos posibles: en su matrimonio, con sus progenitores, su hermana, sus amigos, su trabajo y, por supuesto, su hijo.

La sección überAll, a través de la ciencia ficción y el ciberpunk en el cine alemán, es una propuesta del Goethe Institut de Madrid que muestra algunas de las joyas del cine fantástico más provocador, inquietante y extremo de la cinematografía germana. Sobre todo, un paseo por los bajos fondos del género. Somos el diluvio, ópera prima de Sebastian Hilger, es un trabajo fílmico sobre realidades emocionales, anomalía gravitacional, causalidad, tiempo, confusión, duelo y cómo salir de ello. Destino Espacial: Venus, de Kurt Maetzig, cinta basada en una novela del autor polaco Stanislaw Lem, Astronautas, es todo un espectáculo pulp en colores galvánicos. Decoder, de Muscha, es una caída libre de ochenta minutos por el submundo a ritmo de The The, Soft Cell y Einstürzende Neubauten. Una visión sorprendente acerca de los problemas que afectarán a la humanidad en el futuro ya fueron descritas y expuestas en Alemania en 1920 en la película Algol, del director Hans Werckmeister. Algol se considera el largometraje pionero en tratar el tema del consumo y monopolización de la energía.

Después de haber formado parte de la selección del festival en las pasadas dos ediciones, no podía faltar la tercera (y última) parte de las aventuras de los jóvenes, intrépidos y guasones detectivos Rico (Anton Petzold) y Oskar (Juri Winkler), surgidos de los premiados libros juveniles de Andras Steinhöfel. Rico, Oskar y los ladrones de piedras, de Neele Leana Vollmar. Entretenimiento del bueno para toda la familia. Además, en DocsFCAM se estrenará Victoria por tocado, de Anna Koch, un documental deportivo que es algo más que eso. Seguimos a cuatro luchadoras, ninguna mayor de doce años, en su internamiento y entrenamiento camino a la gloria. Es por tanto también un documental sobre el sacrificio de la infancia y la preadolescencia por un sueño, por una obsesión, por una perpetua ansiedad.

Este festival es una iniciativa de German Films con la colaboración del Goethe Institut y de la Embajada de la República Federal de Alemania.